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Demian

Mientras conduzco hacia la casa del padre de Lianna, la muñeca me cuenta lo que ha hablado con su madre mientras yo fingía tener que hacer cualquier otra cosa más que estar cerca por cualquier cosa que sucediera.

Lo cierto es que no tenía que hablar con Gemma, pero si le decía a Lianna que iba a quedarme allí sólo por ella, iba a tener la misma reacción que la noche anterior cuando comenzó a gritarme. De todos modos, aproveché el tiempo para hablar con la mayoría de los dominantes del club, por el grupo de WhatsApp que tenemos. Dorian y Bruno tienen muy buenas ideas para castigar sumisas descaradas y estoy planeando usar algo de eso la próxima vez que Lianna no se comporte.

—lo que no entiendo es por qué ella aceptó irse— repite lo que ya me ha dicho tres veces— no lo entiendo. Quiero decir... ¿Qué clase de madre se va así sin más? ¡Y mi padre le ha dado el dinero!

—quizás pensó que realmente no podría hacerse cargo de ti, si estaba enferma— murmuro.

—pero de todos modos... quizás mi padre podría tener mi custodia legal y ella visitarme o llamar— suspira— yo no podría hacer eso.

—¿Qué cosa? — le pregunto, mientras esquivo un coche en la ruta que nos lleva a la casa de su padre.

—abandonar a una hija.

Yo suspiro.

—no, muñeca, tú no te pareces a tu madre— le recuerdo— además, antes de que abandones a una hija nuestra, golpearé tu culo hasta que entres en razón.

Me da una sonrisa leve, como si la idea de azotarle el trasero fuera algo normal entre nosotros.

—hemos empezado esta conversación un par de veces— murmura— la de los hijos y esas cosas.

—¿Algo cambió? — le pregunto, porque la última vez que lo hablamos, ella se mantuvo firme en su idea de no ser madre, ni siquiera en un futuro cercano.

—no— carraspea— solo señalé que parece una conversación recurrente entre nosotros— añade.

—oh, bueno, supongo que es normal.

Por unos segundos, no decimos nada más.

—¿Puedes creer que me ha dicho que mi padre tenía el sueño de entregarme en el altar?— bufa minutos más tarde. Yo espero unos segundos a que ella termine de descargarse— mi padre ni siquiera quiere que nos casemos.

—es una pena que tu padre no lo entienda— le digo lentamente.

—y mi madre está convencida de que soy un títere, al igual que mi padre.

—eso es porque no te conocen— mascullo, enfadado porque su padre y su madre ni siquiera saben la mujer que tienen por hija.

—no lo soy, ¿Cierto? Influenciable— me mira con un poco de temor— sé honesto conmigo.

—¿Alguna vez te mentí? — arqueo una ceja y ella niega— creo que eso es lo que ellos quieren creer, porque no quieren comprender que estas sean tus propias decisiones y es mejor... echarle la culpa a alguien más— señalo— supongo que quieren verte como una pobre chica inocente y de mentalidad débil.

—pero no lo soy.

Le sonrío.

—no lo eres— aprieto su muslo con mi mano y añado— eres mi muñeca descarada y responda que va a hacerse tatuajes sin consultarlo con su amo.

Resopla.

—supéralo, Demian.

Me carcajeo.

Anestesia | SEKS #1.5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora