Capítulo 50

59.1K 3.7K 621
                                    

Rebeca

Después de que nos llamaran la atención a Pili y a mi sobre el castigo, por iniciar una pelea en clases de deportes, la maestra nos explicó que ambas seriamos expulsadas si nos atacamos mutuamente de nuevo. Pilar y yo no volvimos a dirigir palabra después salir de la dirección. No dejaron que Marcus entrara conmigo, así que se despidió diciendo que nos veríamos otro día. Entonces después llego la nueva orientadora de la escuela y me saludo con mucho gusto, lamentando lo de mi padre con una disculpa aunque ella no tuviera nada que ver. Lo siguiente fue que llamara a mi madre para que vinieran por mí al finalizar las clases, y poder hablar con ella sobre lo ocurrido.

Entonces solo salí al pasillo para hacer una llamada en privado, ignorando aquellas miradas por parte de los demás. Rezaba porque mi madre no me regañara, o reventara la bocina de mi celular con sus gritos histéricos al no contarle lo de la pelea. En verdad, le había mentido diciendo que Holly me había rasguñado...

—¿Quién habla?... —pregunte al escuchar una voz más masculina en el teléfono de mi madre.

"¿Con quién hablo?"

—¿Quién es? —Pegunte frunciendo el ceño—¿Qué hace con el teléfono de mi madre? —separe el teléfono de mi por medio segundo para verificar si era el número de mi mamá el que se proyectaba en la pequeña pantalla, pero yo estaba en lo correcto; era el mismo número de siempre.

"Hablo de emergencias. No puedo responder si no me contesta quien es"

Me tape la boca justo en frente de la puerta principal de la escuela y mientras más gente pasaba; contemplaban mi rostro desencajar. Quise correr hacia mi madre, pero no sabia donde estaba.

—Soy su hija, dígame que pasa.

"Dígame su nombre completo, por favor"

—Rebeca Carolina Mendes—conteste, para luego morder mi labio inferior cuando sentí los latidos de mi corazón acelerarse por los nervios. Como deseaba que mi madre llegara gritándome aquello ahora mismo.

"Su madre tuvo un accidente automovilístico"




¿Alguna vez has llorado en el colegio por problemas familiares y que todos te miren? Bueno, esto es lo que me pasa a mi ahora, por esto y más.

Antes, todo lo que me preocupaba era mi físico, mi mal aspecto y falta de valentía; no me gustaba mi cuerpo y por años de mi adolescencia tuve problemas con la auto estima. Eran cosas que a cualquier joven le pasaba al ser todos iguales. Se supone que todos pasamos por esto y lo superamos después de tiempo.

¿Pero también iba incluido lo demás?: En primera, el padre que nunca tuve se ha ido de mi vida, así de la nada, sin poder probar que éramos compatibles, casi 18 años planteándome una imagen exitosa y ejemplar sobre él. Mandándole cartas todos mis cumpleaños y diciéndole que lo quiera aun estando a ciegas. Y todo va de mal en peor, Dylan está enojado conmigo y aunque él ha dicho que seguimos siendo pareja no estoy tan segura después de tantas discusiones. Mis amigas, Ana, Majo, Pili y Brenda...¿seguirán queriéndome después de las cosas horribles que hice?, las trate como si ya no las conociera. Gabriela que era una de mis mejores amigas no me ha vuelta a hablar, tal vez porque le decepciono que yo dudara de nuestra amistad, aunque una parte de mi sabía que ella no estaba conmigo por gusto. Me alejaría a fin de año de esa ciudad hermosa, pero eso estaba por dudarse ahora que mi mamá esta así. Y por último y es lo que más me cuesta creer...mi madre está en coma y no saben si despertara.

—Beca.

No iba a detenerme pero las manos de Harry me detuvieron por los hombros impidiéndome pasar de largo el receso, y llorar en el baño de chicas como lo había hecho durante días. Agache la mirada cerrando los ojos, no quería hablar con nadie y es cuando más las personas quieren hablar.

—¿Estas bien?, ¿por qué lloras? —Trato de levantar mi mirada con sus manos pero no le deje. —Le diré a Dylan.

Inmediatamente negué con la cabeza.

—No le digas nada.

—Pero estas llorando...

—No...no quiero hablar... —susurre.

Él no dijo nada, entonces pase a su lado y camine casi trotando hacia el único lugar que yo sabía me tranquilizaría. No iría a clases por ahora, la única razón por la que vine era para alejarme de mi casa, era difícil estar en un lugar donde ya no está mi mamá...no quiero estar sollozando en frente de todos.




Al llegar a la cancha abandonada fue como si mis rodillas temblaran y no aguantaran más: me tire al césped con mi mochila a un costado, las lágrimas empezaron a salir como nunca, como si algo hubiera estado contenido dentro de mí por mucho tiempo.

Y creo que la música no ayudaría a distraerme.

Estaba tan confundida, ¿por qué todo tiene que pasarme a mí a tan corta edad?, ¿no podía el mundo esperar a que creciera?... ¿acaso yo no era digna de poder disfrutar como otros?...

—Tranquila—me dije a mi misma entre sollozos. La voz me era quebradiza.

Sentándome, pegue las rodillas hacia mí agachando la cabeza y tratando de por lo menos, un minuto, imaginar que nada de esto era real. No solo yo estaba mal, ¿qué va mal con mi mamá?, que siendo persona tan buena, ¿merece esto?

—Respira—me volví a decir enterrando los dedos de mis manos entre mi cabello. Quería morir en ese momento, siempre que me siento mal quiero hacerlo, que me muera en este momento...a nadie le haría daño—Ya basta—di un tirón a mi cabello, importándome muy poco si me despeinaba.

De la nada grite tirándome al suelo boca abajo y sabiendo que ya no podía más. Me dolía todo, el pecho, el estómago, y la mente.

Como rabieta empecé a golpear el suelo con el puño, tan fuerte que después pude sentir como punzaba. Cual niña pequeña empuje mi mochila y gruñí como si estuviera en el manicomio.

Tire de mi cabello de nuevo, ya no queriendo tener el sabor de mis lágrimas en la boca, tratando de permanecer de pie aunque no pudiera.

Al final solo logre llegar a las últimas dos horas, con la cabeza gacha y estoy segura de que lucía horrible, ¿pero a quien le importa?, si después de todo las clases habían terminado rápido y yo de para irme, ¿a dónde?, no sé, pero no quería irme a casa...

—Qué triste apariencia, ¿que ya no te quedo más remedio que para bañarte lo hiciste en el lodo? —Ashley dijo detrás de mí.

—Cállate...—muy apenas susurre pero ella lo escucho. Y me siguió los pasos.

—¿Qué?, ¿eso vas a decir nada más? Oh claro, como te quitaron todo ahora actúas como perrito sin dueño porque ya no tienes nada.

No hablé.

—¿Qué pasa? —se mofo burlona—Ya que no tienes a O'Brien, ya no hablas, oh...ahora que recuerdo ya no tienes ni amigas, ¿despidieron a tu padre? Qué pena, de todos modos no servía de nada, como t...

Fui consciente de mis actos cuando azote la cabeza de Ashley contra un casillero. La gente empezó a rodearnos y ella fue también la que me tomo del cabello y me golpeo el estómago.

Entre nosotras empezamos una pelea en el suelo, donde yo estaba encima de ella dándole golpes.

—¡Tú no sabes nada de mi vida! —grite tirando un puñetazo a su nariz.


Con un tirón de cabello hacia abajo ella ahora se posicionó arriba mío rasguñándome con sus uñas. Sentí que paso mucho tiempo después de que alguien me quitara a Ashley de encima. Después alguien me tomo por detrás sujetando mi cintura. Aquellos brazos me rodearon. Y no tuve que cuestionarme de quien eran.

—Estoy aquí, tranquila—susurro Dylan en mi oído antes de que me aferrara a su brazo y empezara a llorar.


Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora