Intocable ➳ DO'B©

Capítulo 7

Rebeca

El chico rubio se limitó a levantar ambas manos en señal de rendición, y con una mirada cautelosa hacia mi salvador, se fue dejándome con mi compañero de clase y unas pocas personas que nos prestaban atención. Después Dylan se giró a verme con el ceño fruncido, enojado, como si yo fuera su hija e hiciera algo que él no hubiera querido.

—¿A ti que te pasa?, ¿Porque estas en este lugar?...

Reí balanceando mi cuerpo hacia el frente, aunque por dentro quería llorar y temblar abrazándome a mí misma por mi casi intento de violación, pero los efectos del alcohol parecían tener más fuerzas sobre mi voluntad de sano juicio que yo misma.

—Solo quería divertirme, pero por lo que veo todo me salió mal—me encogí de hombros sin importancia y pesadez, de la nada me puse a llorar con incontables ganas. Dylan siguió mirándome irritado.

—No hagas eso, ya basta.

—¿A ti que te pasa? —imite su pregunta anterior, tirándole un manotazo débil al pecho.

Se apuntó indignado, mas nunca hubo algún gesto similar. Lo que me hizo enterarme de su "indignación" fue la tonada de voz que uso. Entenderlo, era más complicado que calculo integral.

—¿A mí?, eres tú la que se escapó de su casa y tomo copas de más.

—No me escape de casa—dije haciendo puchero.

—Oh vamos, y tus padres te dejaron venir, ¿cierto? —hablo con notorio sarcasmo. Dylan se pasó una mano por el rostro al ver que bailaba con cara de pato en frente de él al ritmo de la música—De acuerdo, ya basta. Te llevare a casa.

Me tomo de la muñeca y me saco de la cocina, había todavía gente en la fiesta, incluso más de la que había antes.

—¡Espera!—le grite jalándolo de un hombro, rozando mis labios en su oído para que me escuchara—¡Tengo que decirle a Gabriela que ya me voy! —Dije riendo un poco. El negó y se acercó a mí diciendo en mi oído.

—Ni creas que te voy a dejar volver.

Tengo que admitir, que su tibio aliento hizo que una corriente me recorriera por la espalda. ¿Abra sentido él lo mismo cuando susurre para él?

Dylan siguió avanzando conmigo detrás, mientras se abría paso entre las demás personas haciéndolos a un lado a base de choques o empujones no muy bruscos. Salimos de la casa y camino unas cuantas cuadras hacia un Mustang color negro.

—Hay no... —Solté su mano para salir disparada a unos arbustos. Él me siguió y apenas me toco la espalda con una mano, cuando tuvo que retroceder porque empecé a devolver todo lo que mi estómago contenía. Hizo un gesto de asco pero aun así sostuvo mi cabello. —Hay, no puede ser...—resople enderezándome con cuidado de no caer de espaldas.

—¿Listo? —pregunto alejándose. Asentí con una mano en la boca—Muy bien, ahora vámonos.

—¿Tan rápido?...

—¿Quieres que alguien más te manosee de nuevo? —Se volvió con pasos firmes hacia mí. Iba a tomarme de la muñeca de nuevo, pero empecé a correr doblando mis pies con aquellos tacones.

—¡Atrápame! —hable retándolo mientras caminaba de reversa torpemente. Él me miro de brazos cruzados a un lado de su Mustang.

—Necesitas volver a casa...no pienso...

—Me voy a ir—Amenace —¡Hay! —solté un grito y reí al unísono cuando choque con un árbol.

—Rebeca, basta—camino hacia mí, nada contento.