Capítulo 38

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Rebeca

Cuando mi boca se abrió una milésima, el chico frente a mi supo estaba más que asombrada. Y por primera vez vi como Dylan desvío sus ojos de los míos, por tristeza, miedo y vergüenza. Todo en un solo acto.

—¿Puedo...saber por qué?

Cerré mis ojos de golpe por lo estúpida que soy, él no estaba en condiciones para hablar de esto, y yo aun sabiéndolo, sigo siendo tan insistente. Los abrí de nuevo cuando sentí el roce de la mano de él en la mía, tomo mi mano y camino fuera de la casa conmigo detrás, no dije nada, se notaba que sabía lo que hacía.

Mire hacia el cielo. No era de noche, pero el sol estaba algo suave y el cielo era una mezcla de naranja y extrañamente rosado. Un día demasiado hermoso para hablar de algo tan trágico.

Me sorprendí cuando me di cuenta de que a dónde íbamos era el columpio de llanta. En ese mismo instante recordé la foto donde estaba Dylan con su hermana jugando en él.

Se detuvo como a dos metros del columpio y vi como pasaba grueso, su rostro no decía nada pero sabía que es lo que pensaba. Él estaba asustado.

Le di un ligero apretón a su mano para que supiera que no estaba solo.
Giro a verme y después de unos dos segundos me sonrió muy apenas.

—No me había acercado tanto desde aquel día... —susurro sin soltar mi mano. Yo era como su apoyo para superar aquello.

—Ella es hermosa—dije con una sonrisa. Dylan río muy suave, su mirada seguía fija en el columpio.

—La extraño bastante—Sonó firme. Pero aun no teniendo una vista muy nítida de sus ojos, pude ver que estaban algo vidriosos, sin embargo nunca derramo una lágrima.

No se me ocurrió nada más que abrazarlo y eso hice. Este correspondió mi abrazo casi al instante.

—Ese día... —susurro—En el que ella murió. Nosotros estábamos aquí...jugando—suspiro—Sarah quería ir con todos nosotros a la pista de hielo que habia en Houston, así que ambos fuimos a rogar a nuestros padres los cuales nos negaron cualquier salida por él frio que haría. Hasta que decidieron llevarnos, y al llegar a la pista mi madre ya nos lo había advertido, era peligroso empujarnos demasiado fuerte....éramos niños, tercos además—sentí su sonrisa sobre mi cabeza. Podía escuchar los latidos de su corazón con mi oído sobre su pecho—Así que hice caso a la petición de Sarah y...la empuje con todo lo que tenía. Sarah levantaba las manos y al llegar al final, junto a una barda, las volvia a colocar para no golpearse, ella estaba divertida...pero después llegó demasiado lejos cuando la empuje por segunda vez... —cuando sus brazos se aferraron más a mí, no pude evitar soltar una lagrima al tan solo imaginar lo que me decía—Ella olvido colocar las manos y choco con aquella esquina cayendo al hielo en seco... —suspiro de nuevo y después hubo una larga pausa—Mi hermana se rompió la columna vertebral...y murió de un derrame cerebral causado por una fractura en toda la parte frontal de su cráneo...su cuerpo ya no respondió a nada que los doctores hacían...así que... —dijo con un hilo de voz—Murió por mi culpa...por mi insistencia y por lo idiota que fui...

Me separe de él lentamente, vi sus ojos, ninguna lagrima en sus mejillas pero todas estaban siendo aprisionadas en sus ojos castaños. Podía ver como aguantaba tanto y se resistía.

Dylan O'Brien no es un amargado, egocéntrico y arrogante...el simplemente tiene una cicatriz que está sangrando y no ha parado de hacerlo durante mucho tiempo.

—Ella te ama, Dylan, estoy segura. No te lamentes toda tu vida porque es la peor decisión que puedes tomar.

—Ella no está, Rebeca....no puedo dejar de pensarlo porque es difícil. La quise tanto, era mi hermana, y el que mis padres me miren con desprecio todo el tiempo, también lo es. Quieren que sea mejor, exigiéndome todos los días, y trato pero ellos nunca están presentes como para ver mi esfuerzo en calificaciones, ni siquiera una llamada...me dicen que cambie y es verdad, porque quiero a la gente lejos de mí, porque no quiero que se enteren...de sé que no soy tan fuerte —Dylan empezó a alejarse de mí, más bien del árbol. Estaba frustrado—No me gusta tener personas alrededor porque sé que si me encariño de alguien, al irse me va a lastimar. Y por más lejano y rudo que parezca mi actitud, realmente solo...soy un chico más; con problemas familiares, de autoestima y...no sé cómo se llame esto, pero siempre suelo sentirme una mierda.

—Te entiendo, a mí me costó saber que esto solo es una etapa de la vida y que tenemos que aguantar y superarla por más que duela.

—¿Y cómo haces para sonreír siempre?...tú haces como si todo estuviera bien y honestamente no te entiendo del todo.

—El que sonría, no significa que este todo bien en mi—lleve mis manos hacia mis mejillas para quitar las lágrimas que se me escapaban—mierd...—mordí mi lengua—todo está mal en mí, muy mal, pero trato de estar feliz para los demás porque pienso que yo puedo hacerles sonreír verdaderamente. Y tú, Dylan, eras como un ave, eras indescifrable cuando te vi desde lejos, y quise dejarte por lo intocable que eras, pero todo apuntaba a ti y...tú tienes ese algo que me hace dejar todas esas voces malas en mi cabeza por detrás...me haces olvidar mis problemas y alguien así, pienso que vale bastante.

Me volví a acercar a él sin importar cuanto se alejara y me coloque en frente suyo, tome su rostro y para que me mirara.

—Escúchame...no puedo decir nada sobre Sarah, nunca tuve hermanos, soy hija única. Pero estoy segura de que ella no quiere que te pongas así, Sarah te ama, Dylan—cuando dije lo último el volvió a cerrar sus ojos. Me sorprendía lo fuerte que era, yo estaría en un rincón llorando y él no a derramado ni una lagrima. Él ha aprendido a controlar sus emociones externas demasiado bien—Ella te necesita siendo tú, estando seguro, siendo Dylan.... —volvió a mirarme y yo a él, le sonreí—Yo te necesito.

—¿Por qué? —susurro.

—¿Quieres saber por qué?

Asintió.

—Porque—sonreí—eres la persona que ha dado un giro tremendo a mi vida, si no fuera porque la primera vez que te hable para una estúpida pregunta del profesor, la numero 7. Si no fuera por ti posiblemente hubiera sido abusada en aquella fiesta y odiado mi cuerpo de una manera horrible. Porque tú me hiciste que conociera a las chicas y a los chicos para no sentirme sola, también porque si no fuera por ti no hubiera jugado nunca PaintBall. No me hubiera debatido en mi mente que es lo que pasa conmigo, no hubiera encontrado las diferencias entre mi padre y yo. Porque nunca me había sentido más nerviosa cuando estoy con alguien. Te juro que jamás había dejado que alguien descubriera los demonios que tengo adentro todas las noches y cada día... —tome aire al hablar tan rápido—Porque si no fuera por ti Dylan O'Brien....no estaría torpemente enamorada como lo estoy ahora.

Sentí como el corazón me latía a mil por hora, un calor me invadió desde los pies hasta la punta de mi cabeza por el valor tan repentino que había sacado de mi al decir eso.

—¿Dónde has estado estos 9 años?

Antes de que pudiera decir algo, los labios de Dylan llegaron a los míos. Haciéndome sentir de nuevo que estaba en las nubes. Ahí pude sentir todo lo que cada uno queríamos decirnos el uno al otro. Lo mejor es que no fue casi con palabras porque nos llevaríamos unos días en ello. Ahora estaba más que convencida de que O'Brien era el chico del que estaba enamora y que quería para mí. No me importa lo que digan los demás, nada a partir de ahora podrá separarme de Dylan.


Al menos eso creía....

Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora