Capítulo 34

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Rebeca

Minutos después de que me quede inmóvil en el parque con la misma posición. Un auto negro conocido para mí se detuvo y Dylan no se tomó ni el tiempo para aparcar correctamente el auto. Solamente bajo de este y troto hasta donde yo estaba, me tomo de ambas manos y me ayudo a ponerme de pie.

Cuando sus ojos encontraron los míos, no hubo palabras, solo para entender que me sentía mal. Sus brazos me rodearon con ternura. Llore en su pecho, pero fue porque me sentía segura, durante todo este tiempo, o el poco que espere, no supe que hacer y ahora que él me abrazaba me sentía completamente a salvó.

—Ven—susurro, esa palabra que he escuchado un montón de veces. Pero nunca como ahora, había sonado tan bien.

Me llevo al auto y abrió la puerta de copiloto. Cuando se aseguró de que entre, cerro mi puerta y pude ver como el cruzaba en frente del carro. Encendió el automóvil y no tardo en acelerar.

Unos minutos después él dijo.

—¿Quieres hablar de eso? —preguntó algo incómodo, él sabía que no estaba en estado de ánimo para bromear ni hablar. Pero se notaba que quería ser amable.

Gire mi rostro para verlo, solamente le dedique una sonrisa debil. Había dejado de llorar ya hace rato.

—Tal vez...luego.

Él no dijo nada, solamente asintió y giro en una esquina.

Estire una mano y la coloque sobre la suya encima de la palanca de cambios.

—Pero gracias, Dyl.

Él volvió a asentir, se notaba que no tenía experiencia en como consolar a alguien. Ahora gire mi rostro hacia la ventanilla que estaba en mi lado.
Cuando vi un paisaje que me gustaba y que nunca se me olvidaría, volví a mirar a el castaño.

—¿Vamos a casa de tus padres o a tu departamento? —quise saber.

—Em...si, mis padres salieron de viaje y me dejaron a cargo su casa.

—¿No tienen guardias? —pregunte.


Dylan me sonrió, de seguro él estaba pensando eso también.

—Sí, pero mi madre es algo anticuada...eso creo.

—¿Te llevas bien con tus padres?

Nos detuvimos en la puerta de entrada. Un tipo con una linterna nos echó un vistazo, cuando vio a Dylan no dudo en hacer una seña y la puerta se abrió dejándonos ver al interior la casa donde antes entre.

Dylan volvió a acelerar.

—No exactamente—dijo. Giro a verme cuando se detuvo en frente de la hermosa casa. Y ante mi mirada, supo que quería saber más—El dejarme cuidar su casa, es como ellos creen que interactuamos—respondió—Ven.

Él bajo del auto y yo igual. Se acercó a mí y colocó una mano en mi espalda para guiarme al interior.

—Entonces...¿Vives en tu departamento y aquí?

Se encogió de hombros.

—Algo así.

Caminamos por un largo pasillo que era iluminado por candelabros hermosos. Mi interior se llenó de curiosidad de nuevo cuando volví a ver esa puerta con la letra S, quería saber que paso, pero la vez anterior note que el tema era incómodo para O'Brien.

Llegamos a una puerta de madera oscura y cuando Dylan la abrió y me dejo entrar, de inmediato imagine que era su cuarto.

Curiosamente no tenía posters, bates de béisbol o algo por el estilo.
Las paredes eran color crema, había un escritorio y un portátil en ella. No había televisión. Pero lo que más me gusto fue una ventana grande, con un marco café y al igual que la otra habitación tenía vista a un columpio de llanta que colgaba en un árbol. La luz de la luna iluminaba en interior de la habitación y la cama amplia con edredón de color obscuro.

Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora