Capítulo 4

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Rebeca

Al terminar de ducharme me vestí con ropa cómoda: una playera negra y con un mallón, al final unas ballerinas del mismo tono. Me cepillé el cabello dejándolo suelto y lo hice ver lo más normal que pude. Bajé a la primera planta y arreglé un poco para que se viera presentable ante la visita de mi compañero. Como me sobraron horas libres también me tomé el tiempo de ayudar a mi madre a guardar lo que compró del súper mercado, platicamos un poco de sus dos trabajos a casi tiempo completo que se consiguió como secretaria en una costurera y secretaria con la esperanza de que la ascendieran, lo cual me pareció excelente. Le dije a mamá que yo me pondría a trabajar si era necesario para ayudarla, aunque estoy segura de que con papá a nuestro lado no necesitábamos hacerlo, pero mamá no dejaba que él comprara lo que eran cosas para ella, solo a mí. De todos modos quería que mamá no sintiera tanta presión valiéndose por su cuenta, quería ayudarla, pero se negó. Sonreí. Mi madre siempre se ha esforzado para ser la mejor, y aunque ella sienta que no lo es, para mí sí.

Salí al jardín y le di de comer a Holly que es mi "pequeña" Golden Retriever a pesar de sus 4 años, nada amenazadora en realidad, es todo un dulce. La admiré por un momento, me encantaba su pelaje y la forma en que brillaba con el sol. Era la mejor amiga canina que podría hacer, y a decir verdad, ella fue mucho más fácil al convencerla de ser mi amiga que un humano.

Cuando terminé de estar un tiempo con Holly. Entré de nuevo a casa y en eso tocaron la puerta, troté hacia ella y quise abrir, pero mi padre llegó y me hizo a un lado sin ni siquiera darme tiempo de saber qué es lo que pasaba. Él mismo abrió la puerta encontrando a Dylan con sus gafas negras, una camisa abotonada de color negro que estaba doblada hasta los codos, y un par de pantalones de mezclilla. Como siempre, luciendo atractivo, aunque en este aspecto me hizo querer reír internamente. No tengo idea de por qué, pero me pareció divertido.

—Dylan. —Rodé los ojos en mi sitio ante la voz que hizo mi padre, como si fuera a dar miedo a cualquier adolescente cuando solo estaba dejándome en ridículo. Haciéndolo como al principio, dejándome catalogada como "Nena de papi".

Dylan en cambio se quitó las gafas dejándolas en el cuello de su camiseta, me miró a mí a un lado de mi padre y después contestó concentrando su mirada en papá.

—Orientador Robert.

Mi padre lo escaneo una vez más haciéndome a mi suspirar algo enojada, y luego se hizo a un lado para dejarlo entrar, eso hizo mi compañero. Aunque no pudiera estar al tanto de los movimientos que él hacía, ya que yo me encargaba de controlar mis fulminantes ojos hacia mi padre, sabía que Dylan observaba la casa.

—Solo quiero avisarte que estás en tu casa, Dylan. Y espero que esto solo sea un trabajo en equipo y ya, no quiero que tú y mi hija...

Fue interrumpido por Dylan antes de que mi padre se le ocurriera algo más.

—No tengo ninguna intención de tocarla.

Directo al grano.

Mi padre soltó una risita algo sarcástica, el único hecho de que Dylan siguiera aquí a pesar de interrumpir a mi padre, era porque él es un caso tratado por la escuela, seguro, siendo el orientador mi papá tiene la tarea de llevarse bien con él y los demás chicos que son algo especiales. Con especial me refiero a que son los que causan más conflictos dentro de las instalaciones educativas, en este caso, donde yo estudio. Eso, o mi padre ya no podía perder ningún trabajo.

Esto se me hacía curioso, en esta semana, no he visto ningún comportamiento agresivo por parte de Dylan con algún compañero de la escuela. Más que solo seriedad, no parece de esos tipos que quieran empezar una pelea por su cuenta, menos uno que necesite ir a un castigo.

Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora