Capítulo 37

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Rebeca

Dylan se fue.

Me quede con la boca abierta y los demás también. Tuve que disculparme con Harry y salí corriendo al único lugar que el iría. Cuando llegue lo vi a él sentado en las gradas, me acerque y levanto la cabeza para verme.

Fruncí el ceño cuando sonrió.

—¿No estás...enojado? —pregunte sentándome a su lado.

—No.

—¿Entonces por qué te fuiste? —pregunte más tranquila.

—Solo lo hice para que dejaras a ese chico y vinieras conmigo—dijo tranquilamente. Abrí mis ojos sorprendida, pero al final me hizo reír.

—De verdad pensé que lo había arruinado—admití y le di un golpe en el hombro.

Dylan se encogió de hombros.

—No, sería estúpido si me enojara por algo así.

—Ya eres estúpido.

Entrecerró sus ojos hacia mí y le saque la lengua.

—Lo que sea —susurro y miro al frente a la cancha. Esta estaba vacía completamente donde nadie la había usado en años, y al parecer tampoco le interesaba a las personas que se encargaban de la limpieza, pues esta aun tenia hojas de otoño en el suelo.

Sin decir nada, suspire y me recosté en una de las gradas, cautivando la mirada del castaño en mi.

—¿Me alejaste de Harry por que estabas celoso? —Levante las cejas arriba y hacia bajo para burlarme, pero este permaneció tranquilo.

—¿Debería de estarlo?

—No sé, pero Harry es guapísimo ¿no crees? —Dylan me miro con cara de pocos amigos—es en serio, ¿ya viste sus ojos?, son hermosos y su rostro, parece tallado por...

—Cállate—dijo en tono serio.

Sonreí y me acomode más en mi sitio.

—Ahora si estas celoso—Cante.

Él sonrió de lado.

—¿De él?, no.

—Si, si lo estas.

—No, no lo estoy.

—¿Por qué no?—quise molestar y él pareció darse cuenta porque su mirada era de "cállate, por favor". Pero de todos modos siguió, porque de seguro hasta él sabía que nunca me callaría.

—Estaré celoso cuando alguien más este contigo, hasta entonces, no—de pronto pareció recordar algo—¿Ya hablaste con tu papá?

—No, ¿y tú? —Dije. Dylan río y negó con la cabeza.

—No lo he visto en estas horas... ¿no vas a volver a tu casa? —quiso saber.
Suspire.

—No lo sé...tal vez hasta que él se dé cuenta de que ya crecí. De que también me importa lo que pasa a mi alrededor, sentimientos y...esas cosas de la adolescencia.

—Siempre vas a ser su hija, Mendes. ¿No tomaste eso en cuenta?

Asentí lentamente pensando en cómo se la estaría pasando mamá sabiendo que me fui de casa y que no la he llamado a pesar de las cientos de veces que ella lo ha hecho. Solo espero que este bien y que papá no hubiera dicho o hecho algo para dañarla.

—Hablando de padres—susurre saliendo de mis pensamientos. Tome la mano de Dylan y empecé a jugar con sus dedos—¿Tus padres no han dicho nada sobre conocerme?

Él hizo una pequeña mueca, suspiro y después asintió.

—Sí, pero no está confirmado el día.

—¿Qué tal si...el Sábado? —deje de mirar nuestras manos y me fije en sus ojos.

—No es obligatorio.

—Yo quiero conocer a tus padres...


Arqueo una ceja.

—¿En serio?

—No, para nada. Pero es deber de las parejas, creo.

—...Parejas... —susurro para el mismo.




En todo el día que estuvimos en la escuela no vi a mi papá. Los rumores en la escuela sobre Dylan y yo se hicieron muy notables, también hubo un rumor por ahí de que yo me acostaba con Harry y engañaba a Dylan. Esto se está haciendo un maldito teléfono realmente descompuesto y da mucho miedo lo que la gente puede llegar a formular.

Cuando Dylan se fue a la sala para atender una llamada. No lo pude evitar más y en silencio fui a la puerta donde estaba la letra S. Puse una mano dudosa sobre la perilla, pero al final tome el valor para entrar.

El sol entraba por la ventana donde también había vista hacia el columpio de Llanta. De nuevo vi las fotos de Dylan con una niña a su lado, seguía pensando que el castaño parecía tan contento. Mire más detalladamente los muebles y la cama, entonces me di cuenta de que había polvo donde se veía que ya nadie habitaba o dormía aquí.

Justo arriba de la cama había una foto de la misma hermosa niña, tenía una sonrisa gigantesca y estaba peinada con unas trencitas. Gire mi rostro y vi de nuevo el columpio de llanta, las hojas del grande árbol que lo sostenía se estaban cayendo de a poco.

—Se llamaba Sarah.

Me gire de golpe, como si alguien me hubiera pinchado con la punta de un alfiler, para ver a Dylan recargado en el marco de la puerta con expresión de tranquilidad.

—¿Se...llamaba? —Pregunte asombrada.

—Ella murió...hace 9 años.

—Lo siento...

Este se encogió de hombros.

Las palabras me llegaron como golpe en el estómago. No podía creer que estuviera muerta si se veía tan llena de vida...

—¿Ella era?...

—Mi hermana.

Camine con pasos suaves hacia Dylan para salir de la habitación, sintiendo en el pecho un sentimiento cercano a la culpabilidad por sacar el tema al aire. Él cerró la puerta cuando llegamos al pasillo.

—¿Por qué no me dijiste nada?... —Susurre.

—No estaba listo para contárselo a alguien que no fuera de la familia. Es algo difícil.

Sin embargo parecía tranquilo, pero conocía a Dylan, sabía que tan Intocable podía llegar a ser. La verdad siempre estaba en sus ojos, y estos mostraban tristeza.

—¿Cómo...murió? —susurre algo apenada.


—Por mi culpa...

Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora