Capítulo 39 Parte 3

63.7K 4.2K 805
                                    

Rebeca

La puerta de la casa O'Brien se abrió sin previo aviso.

Pude sentir como Dylan se tensaba. Y de inmediato me dejaron ver a dos personas, un hombre y una mujer, que supuse que eran mis "suegritos".

La madre de Dylan tenía el mismo color de cabello que él, pero sus ojos eran de color azul y su padre portaba aquellos ojos castaños que tanto buscaba. Los dos parecían personas agradables a la vista, pero...

—¿Qué? —sonó seca la madre de Dylan—¿Ya salió positiva la prueba de embarazo? —me señalo al ver mi llanto.

—Lisa—advirtió el padre de mi novio en el momento que me vio fruncir el ceño asombrada por aquel comentario.

—¿Entonces por qué llora?

Dylan se separó de mí con un gruñido de irritación.

—Cosas que no les importan—se notaba enojado. Y me di cuenta que él y sus padres eran tan cercanos como extraños. Ninguno de los tres convive de la manera que...pues, yo lo haría con mamá.

Su madre se encogió de hombros.

—Solo decía—Bufo su la mujer.

<<Vaya suegra.>>

—¿Cuál es tu nombre, querida? —preguntó el padre de Dylan con una sonrisa. Le correspondí y dije.

—Rebeca Mendes, un gusto. —dije, sorprendiéndome a mí misma de no querer apuñalar mi nombre con los dientes. Tal vez empezaba a gustarme por la forma en la que suena cuando Dylan lo pronuncia.

—Oh, Dios. Conozco a una familia que se llama los Mendes—me sonrió aquel señor, quien, a mi punto de vista, era quien más se esforzaba por conocerme.

—¿Sí?...

—Si, pero esa familia era un asco, todos eran inadaptados e ignorantes. Y lo siento si tú eres de esa familia, linda, ¿quieres que te adoptemos?...

Me quede sin palabras.

—Eso no era necesario—dijo mi novio sin creerse lo que su madre acababa de decir. Gire a ver a Dylan y le susurre en voz baja.

—Tu madre hace más Bullying que en el colegio.

Él se rio.

—Al menos ahora hay alguien que te haga sonreír—le dijo Lisa, elevando los brazos al aire como si aquello le sorprendiera, pero claro está, que era sarcasmo.

—Lisa—Le llamo el padre de Dylan, ignorando su comentario—¿Que no vamos a comer?

—Cocina tu—se quejó la mujer.

—¡Yo puedo cocinar! —me ofrecí.

—No, tu, no—me interrumpió la señora y se fue con su esposo a la cocina.

Me quede con la boca cerrada, estaba roja de vergüenza. Y cuando su madre se fue junto con su esposo, resonado sus tacones por todos lados de la casa, llegue a preguntarme si quien era peor: Gabriela o Suegrita.

Dylan me abrazo por la cintura con uno de sus brazos y tiro de mi hacia su cuerpo, pegando ligeramente sus labios sobre un lado de mi cabeza para susurrar en mi oído.

—Te presento a mis padres.

Parpadee tres veces.


—Y pensé que tú eras grosero...

Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora