16.

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𑁍

Encuentrame en otra vida.

luxufe.



Y frename.






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Libertad, no podía explicarse, mero sentirse, así solía decirse. Era algo dispuesto, en nosotros, empero a la vez tan oculto como la esencia misma de ser un humano con conciencia. Sólo ahí, en aquella zona vedada, que podría encontrarse, y sin embargo, aún permanecía inédita del ser humano. Y sin embargo, mirando el azul empíreo, con el anochecer pendiendo y la vista de rascacielos asentados, edificios, largas carreteras, automóviles y mucho mucho tumulto, ruido luminoso, y personas transitando, casi creía que podía explicarlo. Aquello era libertad. Extender los brazos como saludando al más allá, viendo el infinito, un tras de una vaga carretera en la cual, en una simple rotonda, transitaban vehículos como sangre en arterias. Ante la poderosa vista del paisaje, ante la abrumadora fuerza del viento como un cuerpo fornido arrasando su minúsculo cuerpo, tan pequeño podía sentirse.

Y tan libre al mismo tiempo.

—¿Vamos a hacerlo? —preguntó en un susurro la mujer aferrada a su mano y también extendiendo sus brazos a lo largo como alas de un ave aprendiendo a volar, o más bien atreviéndose a volar.

—Sí —corroboró él, contemplando el anochecer cerúleo que rápidamente daba paso a ese negro característico del anochecer. ¿Tan rápido corría el tiempo desde esa altura, o era que sus almas ya estaban más allá que toda burda física conocida en la que el tiempo ni siquiera era tiempo? 

Pequeños One-shots Eremika. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora