21.

682 37 7
                                    


Pasión Fortuita.
════ ∘◦❁◦∘ ════

°
°
°










°°°

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

















¿Razones por las que miente la gente?

Quizá para no herir los sentimientos del otro. Quizá por compulsión. O quizá, por no saber cómo enfrentar la verdad.

Estoy confundida. ¿Qué debiera hacerse en mi circunstancia?

Necesito abrir mis ojos a la verdad, pero no puedo atreverme. El impacto sería mucho si descubriera que ahora mismo sólo vivo en una mentira. ¿Es real lo que siento? ¿Es pasajero el nuevo enamoramiento?

¿Debería conservar lo que tengo por miedo a perderlo?”




Mikasa saca la hoja, cierra el cuaderno. El timbre suena por el recinto con furia. Guarda el lápiz en su estuche lánguido. Dobla la hoja con lo escrito. Las palabras se arrugan, mueren en un papel. Se quedarán ahí por siempre. Es lo que hace. Comienza a rozar la verdad, pero se asusta, y la reprende. Nunca será más allá que una confesión escrita. Mete la hoja en su bolsillo, la quemará en su casa. Es riesgoso botarla en el instituto, en un descuido puede llegar a las manos equivocadas. No correrá el riesgo. Es meticulosa.

Es un secreto.

Empuja la silla hacia atrás, se levanta, y metiendo sus manos en los bolsillos, camina a la salida. Siempre le pasa: la anticipación en su pecho. Cruzando el umbral estará más cerca de respirar el mismo aire, de encontrarlo en el pasillo camino a la misma clase, hombro a hombro, un roce de manos descuidado, un jugueteo de cosquillas de doble intención, con la intención de tocarse. Siempre lo hace mientras nadie la ve, nadie que pueda atraparle en la infidelidad, y comunicarle a su actual pareja de sus jugueteos que de inofensivos nada tienen.

Camina pensando en esto, rogando inconscientemente encontrarlo en el pasillo. Pero no ocurre. Mikasa sigue hasta la clase, decepcionada pero conforme con encontrarlo en el salón. Al asomar por la puerta, entonces lo encuentra, recibiéndola con la mirada. Una sonrisa oculta bajo la mascarilla, la felicidad prohibida de ver a un imposible. No es tonto, no habla del tema para asegurarse de que no sabe que ella está con otra persona. Prefiere ilusionarse con la idea de ella soltera. Prefiere ilusionarse con tener una oportunidad.

Mikasa entra, saluda a su amiga sentada en la primera fila. Ella le dice que tome asiento a su lado, pero Mikasa se niega con la excusa de que no le gustan los primeros asientos. Sutilmente, mientras habla, sus pies andan buscando los de Eren. Sutilmente llega a un asiento solitario, destinado para ella, exclusivo para ella. Delante de Eren. Sin mirarlo lo saluda, y sin antes asegurarse de saludar a todos los demás para no brindar sospechas. Entonces cuando llega el momento, se demora, se detiene en el beso, mascarilla contra mascarilla. Inhalando el poco perfume de hombre que llega a sus narices. Se separa, se voltea y entonces trata de ignorar el calor en su pecho durante la clase, concentrándose en tareas, en escribir, en olvidar, en su pareja. Pero Eren no colabora, no se esfuerza en disimular. Inventa excusas para hablarle, y Mikasa inventa excusas para responderle.

Pequeños One-shots Eremika. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora