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Rumor Crepuscular.

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Eren está enamorado de Mikasa. Pero Mikasa no lo sabe. Puede que tampoco Eren lo sepa. Puede que sólo experimente los característicos síntomas de un amor ilusorio. Puede que esté enamorado de la idea de estar enamorado. Pueden ser tantas cosas, pero ninguna de ellas se hace presente con ella al frente. Eren está enamorado de Mikasa, pero no se atreve a decirle. ¿Por qué? Mikasa parece lejana, tiene novio y es una relación fuerte y sana de muchos años. Eren teme que confesándole sus sentimientos la amistad se pierda y sea puesta en un baúl larvado del mundo, enterrado en las superficies del mar. Teme ser rechazado con crueldad. Teme perder la única oportunidad de estar con ella, aunque sea lejano. Eren prefiere y se conforma con pequeñas cosas, pequeños momentos a solas.

Hoy es uno de esos momentos.

Mikasa lo invita a caminar por el parque, mientras su otro amigo compra unos dulces en el bazar próximo. Es sólo cuestión para matar al tiempo. Eren, nervioso, el corazón contraído a un manojo de nervios, asiente y la sigue. Mikasa no levanta la mirada, está demasiado interesada en el piso, sus propios pasos. Eren aprieta las manos en un puño, está lidiando una batalla para decidirse. De repente quiere escupirle en la cara, gritarle que la ama, que ya no puede fingir y a cada segundo juntos la cosa empeora.

Tal vez no sea de esos momentos a solas comunes. Tal vez, sólo tal vez, Eren aspira a mucho más.

Mikasa no dejará a su pareja. Eso lo sabe. Pero Eren se acerca, presiona sus hombros con los hombros de Mikasa y Mikasa lo permite. Pero Eren comienza, su respiración se apelotona en su laringe, y por ende le cuesta respirar y no es muy disimulado cuando intenta dar bocanadas de aire.

Pequeños One-shots Eremika. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora