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I Guess, It's The End.

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Cuando arribó la noche, todos ya se encontraban en su casa. Un espacioso lugar para albergar a siete personas. Dicho lugar idóneo en esta ocasión fue la casa de Armin. En las anteriores ocasiones les había tocado a Sasha y a Annie prestar albergue al grupo de amigos para una pijamada. Lo hacían a menudo, juntarse y ver algo, comer, charlar y dormir. A veces uno faltaba, otro iba, y a veces se reunían todos, como ahora. Habían acordado reunirse en este día pues era el famoso aniversario de amistad. Y la casa de Armin había sido escogida como el lugar perfecto para que siete personas personas revolotearan, cocinaran algo y vieran una película en la televisión de 77 pulgadas hasta quedarse dormidos. La única condición era que todos llevaran algo para aportar a la comida. Todos se mostraron conformes por ser lo más justo.

Aún cuando se encontraban en verano, la brisa fría de una noche malhumorada les hizo estremecer a algunos mientras esperaban en la terraza que la comida fuera servida. Eren se había ofrecido junto a Jean para cocinar, y Annie había intervenido para asegurarse de que la comida no se les quemara. Por muy cómico y absurdo que sonara, ya había pasado, y se sabía en el grupo que Eren y Jean no eran muy buenos para la cocina.

Por otro lado, Mikasa, Connie, Sasha y Armin se encargaban de poner los cubiertos y los platos.

Cuando el primer aullido de victoria se oyó de la cocina, supieron que en esta ocasión no había resultado en un desastre, y la comida había terminado satisfactoriamente.

Mikasa se levantó de la mesa al ver que Jean entraba con la olla. Habían comprado una torta para celebrar, y pretendía buscarla para dejarla en la mesa como un arreglo más y así cuando sacaran fotografías, pudiera verse toda la comida en la mesa como una gran cena entre amigos.

En el trayecto se cruzó con Annie, quien llevaba las bebidas. La miró sin ponerle atención, apresurada y concentrada en su objetivo.

Al llegar a la cocina, vio que Eren se estaba esforzando por sacar la pizza del horno sin quemarse en el intento. Automáticamente la escena le hizo sonreír, Eren siempre había sido torpe con la cocina. No obstante, no continuó reparando en él. Se dirigió al refrigerador y sacó la torta con cuidado de no botarla. Pronto se encaminó a la salida. Al llegar a la terraza, dejó la torta en la mesa y se sentó. Sólo faltaba Eren con la pizza.

Eren llegó, riéndose y molesto a la vez, todo reflejado en su rostro, dejó la pizza y también se sentó. Todos lo seguían con la mirada, lo cual incrementó su torpeza. Mikasa le apartó la mirada al recordar que a Eren no le gustaba actuar torpe, y si tuviera tantas miradas encima, entonces lo haría.

Pequeños One-shots Eremika. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora