Ya quiero conocerte

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Pasaron varios días y la salud del rubio había mejorado bastante, alegrando muchísimo a su alfa y más aún el día de hoy que era muy especial para ambos. Por lo que, por primera vez en su existencia, Anthony Stark se había levantado temprano y se había alistado mientras que su adorado esposo aún seguía durmiendo.

El alfa se acercó rápidamente al dormido rubio y comenzó a moverle con leves empujoncitos;

-Steve, cariño... ya es hora de levantarse, hoy es un gran día- dijo con cariño, quitándole varios mechones del rostro al otro

-mngh. - soltó el omega abriendo los ojos perezosamente y soltando un leve bostezo -Tengo sueño, alfa. Deja dormir

-cariño, hoy es un gran día, así que arriba

-no quiero

- ¿no quieres saber entonces que será nuestro cachorro? – preguntó el otro con un puchero y se recostó sobre la enorme pancita del rubio dejando un beso en ella al levantarle la camiseta de dormir a Steve - ¿ya oíste bebé? Tu mami no quiere que vayamos al doctor y no quiere saber que serás... que fea mamá tienes- terminó haciéndole una trompetilla al otro, provocando al omega reír

-ya basta, Tony. – exclamó el rubio levantándose con ayuda del moreno -Iré a alistarme

-nos vemos abajo, cariño. - sonrió el otro cuando sintió un leve olor dulzón algo fuerte cerca. Tony abrazó por la espalda a su esposo y olisqueo el área donde estaba su glándula -Hueles delicioso, Steve

-sabes que es el cachorro- rio Steve continuando su camino con el otro pegado a su espalda

-no, hueles... como si fueras a entrar en celo... pero es imposible

-ya deja de decir tonterías y déjame bañar

- ¿te ayudo?

-largo, alfa lujurioso- rio de nuevo Steve sacando al otro del baño viendo como el ingeniero se marchaba de inmediato con una enorme sonrisa.

Cuando ya estuvieron listos, ambos se encaminaron junto con Happy al consultorio de Strange, quien había llegado a la ciudad para poder revisar a su amigo.

Al llegar, ambos bajaron del auto e ingresaron al enorme edificio, siendo recibidos por un muy alegre Stephen;

-miren quien viene ahí, mi bello renacuajo con su precioso cachorro... - dijo con una enorme sonrisa abrazando al rubio cuando escuchó un carraspeo -Ah sí, estabas aquí Stark

-obviamente, Strange. Soy el padre del cachorro- respondió el otro tomando posesivamente al rubio de la cadera. El azabache soltó una risita

-bien, no digamos más y vamos a ver que será esta hermosa criaturita

-por favor- susurró Steve viendo como de nuevo ambos alfas se lanzaban miradas desafiantes mientras que subían hacia el consultorio.

Stephen los guio por unos cuantos pasillos, hasta que entraron a una enorme oficina que tenía vario aparatos, un escritorio pequeño a un lado y una enorme camilla;

-bien, Stevie. Súbete a este camilla y levántate la playera para que pueda ponerte el gel- comenzó a decir el otro mientras que se movía por el lugar y tomaba varias cosas para ponerlas cerca de la maquina con la que harían la ecografía.

Steve obedeció al instante, con ayuda de Tony se subió al mueble y subió un poco su playera;

- ¿esto va a doler? – preguntó un poco nervioso el omega tomando con fuerza la mano de su esposo

-claro que no, solo que si estará un poco frío. – sonrió Stephen terminando de colocarse unos guantes y untándole el gel al otro sobre el vientre ante el pequeño gruñido de Tony. El azabache rodo los ojos y comenzó a pasar la maquina sobre el vientre del rubio mostrando unas imágenes en la pantalla, haciendo que la pareja sonriera con satisfacción al ver la imagen y al oír unos pequeños latidos que inundaban el lugar.

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