XXXVII- Sombras e Inocencia I

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Kayn avanzaba por el valle nocturno en paz, Rhaast se había callado hace un buen tiempo y eso le permitió viajar con cierta tranquilidad.

Su encargo consistía en asesinar a un shogun de un palacio, el problema era lo fuertemente custodiado que se encontraba, sin contar que el sitio era enorme. Su habilidad de infiltración con las sombras aun no era tan buena y Zed le había dicho expresamente "que no te vea nadie, y quiero decir nadie", enfatizó mucho la palabra. Primero haría un reconocimiento del lugar y después vería la forma de entrar y salir , segundo...

 Primero haría un reconocimiento del lugar y después vería la forma de entrar y salir , segundo

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"Kayn..." escuchó decir a Rhaast en su mente.

-¿Qué quieres ahora? - preguntó molesto.

"Alguien viene y hagas lo que hagas, que no sea una estupidez su apariencia es infantil, pero su poder abrumador. Si ella quiere puede borrarte con solo pensarlo". La voz profunda de Rhaast volvía a resonar, Kayn no tuvo tiempo de asimilar lo escuchado, pues de la nada alguien se poso a su lado volando.

-¡Hola! -dijo la niña de colores - nunca había visto a alguien como tú.

Kayn se sorprendió al verla, el hecho de que volara de forma tan natural era una prueba de lo que decía Rhaast, lo segundo era su cabello, parecía una estela de estrellas.

-Pues somos dos... nunca vi a alguien que levitara como lo haces tu.

Zoe río ante el comentario y dio unas volteretas en el aire.

-Soy Zoe y gracias a mi magia puedo volar por todas partes, en todo momento. - explicaba ella de forma alegre -Me ha permitido conocer a toda clase de cosas y seres. Como al cacho... 

-Me llamó Kayn, hablas demasiado. -le interrumpió el asesino.

"Matarla es una forma de callarla, pero es casi imposible..." dijo Rhaast en su mente. Zoe comenzó a dar vueltas alrededor de Kayn y remoto la palabra.

-Claro, hablando conoces a la gente, al conocerlos haces amigos y al tener amigos eres feliz y haces cosas divertidas. - ella movía sus manos mientras explicaba haciendo gesticulaciones, con ellas añadía figuras de luz de personitas.

-Debes tener muchos amigos... - contestó él.

-Muchísimos sí - dijo ella señalando las estrellas pasar - aun no lo saben, pero lo serán. -dijo con una sonrisa.

Kayn se asombró de ver esa clase de estrella en el cielo nocturno, pues nunca lo había presenciado. Rhaast se quedaba al margen, cuanto menos llamara la atención de un aspecto mejor.

-¿Y esa cosa para que es?- preguntó la niña mirando la guadaña mientras comía unas galletas

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-¿Y esa cosa para que es?- preguntó la niña mirando la guadaña mientras comía unas galletas. -Es una herramienta. -contestó Kayn a secas.

-Es bastante peculiar... y oscura. -dijo ella con asombro.

-Se llama Rhaast, puede oírte.- dijo él en un tono burlón, esperando que no le creyera. -¿EN SERIO? - Preguntó Zoe soltando las galletas.

-eh... claro yo no mien.... -Kayn se detuvo y preguntó - ¿de donde sacaste comida? -¡Oh! - dijo Zoe sonriendo -¡hago portales! -explicaba la niña - este lo hice conectando al castillo de allá, tiene buena cocina.

Kayn al escuchar eso sonrió para sí, "¿qué planeas chico?" Ignorando lo que preguntó el darkin, ya sabía como solucionar el sigilo, el joven hizo su propia pregunta a la niña:-Zoe... dime ¿puedes llevarme a esa cocina?

 dime ¿puedes llevarme a esa cocina?

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Fin.

Runaterra: Pluma y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora