XXVI- Progreso Fragmentado

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Las luces de Piltóver aun continuaban encendidas a pesar de los grandes incendios que la azotaban, los gritos de horror y dolor se multiplicaban en el aire a cada segundo.

Seraphine estaba tendida en el suelo con sus piernas heridas por la explosión de una selda de energía, había logrado que sus padres escaparan junto a otros horas atrás, pero su corazón le pedía que salvara a tantos como pudiese. Ahora yacía en el centro de la ciudad viendo como algunos sobrevivientes se arrojaban al vacío, esperaban una salvación o muerte más rápida cayendo en Zaun a manos de las bestias.

La pelirosa se arrastró hasta el arma que recogió del cadáver de la sheriff, lo tomó y.se enderezó. Ahí estaba el desconocido que había arrasado la ciudad, el líder de las criaturas, un imponente demonio de casi dos metros de estatura, su cuerpo parecía estar protegido tras una armadura creada a partir de la mutilación de alguien más, usando los huesos como si fuera metal. En una de sus manos llevaba una pierna cuchilla de metal destrozada, la dejo caer y desenvainó su larga espada mientras seguía avanzando en su dirección.

Seraphine nunca había disparado, pero eso no la detuvo, tenía que intentarlo, jaló el gatillo, por el culatazó sentía como su hombro se partía, el disparo viajó sin impactar al objetivo, la segunda vez ocurrió lo mismo, la tercera también

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Seraphine nunca había disparado, pero eso no la detuvo, tenía que intentarlo, jaló el gatillo, por el culatazó sentía como su hombro se partía, el disparo viajó sin impactar al objetivo, la segunda vez ocurrió lo mismo, la tercera también. Aguantando la respiración aguardó hasta tenerlo cerca, que pudiera ver bien el brillo dorado de sus malditos ojos.

En el momento oportuno volvió a jalar el gatillo, pero esta vez solo se escuchó un "click" seguido de otro igual. "Sin balas" pensó, iba a cerrar sus ojos cuando estaba por ser cortada, pero un martillo golpeó en la cabeza al sanguinario guerrero alejandolo.

-¡Jayce! -Gritó Seraphine al ver al héroe atacar con furia.

-¡Huye! -Alcanzo a decir él mientras seguía martillando, la energía del arma se había acabado y no cambiaba de forma.

El demonio se repuso del golpe y arremetió con ira lanzando varios cortes, el humano se defendía de ellos como podía. Seraphine volvió a arrastrarse para alejarse, buscaba otra arma o algo que pudiera ayudar. "Si tan solo el equipo no se hubiera roto" pensaba desesperada, vio los cuerpos de miembros de las fuerzas de Camille, sus rifles-arpones estaban con ellos, sus manos sangrantes por el esfuerzo la seguían llevando hasta allá,  pero algo la jaló del suelo.

Era el demonio, la había levantado y ahora lo tenía frente a frente, la chica observó que tras ellos estaba Jayce empalado con la espada por la boca y sin brazos, el martillo yacía cortado a un lado.

-¡Nunca... vencerás la esperanza! -Le dijo con lagrimas recorriendo sus mejillas.

-¡No...! -Contestó el ser maligno con una voz seca y ardiente. -¡La arrancaré de raíz!

Acto seguido después de esas palabras el guerrero la azotó contra el suelo, ella gritaba, pero le puso un pie en su pecho y haciendo uso de su fuerza sobrehumana, aferrandola con todas sus garras le arrancó la cabeza a la pelirosa. Silenciandola para siempre.

Fin.

Runaterra: Pluma y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora