¡Ups!

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—Está buena la pizza de antes de ayer —saborea Teddy quien le da otro mordisco al pedazo de pizza.

—Deliciosa.

Comimos delante de la gran vista que tenemos frente a nosotros. La ciudad se ve tan pequeña y poblada por edificios que sobresalen a lado de las casas más pequeñas. Los diferentes tonos de verdes en los árboles es evidente si lo contemplas con paciencia. La vista del cielo es anaranjada, más arriba de eso tiene un celeste del cielo que normalmente vemos todos los días.

Su sonrisa aparece cuando me observa, es tan lindo cuando sonríe para mí. Sus ojos se iluminan con el resplandor del sol y la brisa acaricia sus churros castaños claros.

Me encanta todo de él.

Well, here I go —dice limpiando sus manos para sacar la guitarra de la mochila. Se la coloca en su hombro con la cinta marrón que tiene el instrumento y empieza a tocar.

La canción que toca es I'm yours de Jason Mraz.

"Well, you done done me and you bet I felt it"

"tried to be chill, but you're so hot that I melted"

Teddy debería ser cantante, lo hace muy bien. Tiene una voz excepcional y tan relajante para mí. Las mariposa en el estómago aparecen cuando él canta viéndome, es tan difícil mantenerse seria cuando el chico caballo contempla mis ojos con esa intensidad.

Sonreí porque es lo único que puedo hacer teniendo semejante obra de arte frente mio. 

Lo acompañó en el canto, no lo sé hacer pero lo intento para no dejarlo solo. Golpee mis rodillas con el ritmo de la música.

"But I won't hesitate no more, no more"

"it cannot wait, I'm yours"

Termina con una sonrisa encantadora, colándose la guitarra hacia atrás para luego lanzar su cuerpo hacia el mío para besarme delicadamente. 

Cuando tengo sus suaves boca sobre los míos, solo puedo oír mi corazón enloqueciendo al tacto y el ritmo en el que lo hace. El sonido del aire, árboles chocando entre sí, autos, pájaros voladores. Todo, absolutamente todo se nubla, y escucho el profundo silencio con un Bom...bom, bom, bom... bom, bom, bom. 

Algo que me hace sentir tan vida, con mucha vida, más que viva.

Su manera de besar es preciosa.

Se detiene con un último pico.

—Tenías salsa de tomate.

—¿Y por eso me besaste? —digo, tapando mis mejillas.

—Tal vez.

—¿Tal vez?

—Tal vez.

—Mira niño...

Otra beso —¿ibas a decir algo?

—Si, pero...

Nuevamente lo hace —¡Ups!

Lo empujó y se deja caer con una gran sonrisa que te mueres.

La conversación fluyó, no hay silencio alguno. Hablamos sobre los recuerdos más memorables de toda la semana y de cómo nos sentimos en ese momento. 

—...Último viernes juntos.

—Si, justo eso estaba pensando —dije, mi sonrisa se desvanece.

Estamos acostados. Nuestro cabezas juntas, una al lado de la otra.

Mi vida en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora