¿Importantísimo?

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Siento un poco de culpabilidad por lo que hice, pero solo un poco. Llegue hasta el límite, no pude aguantar más. Desde hace tiempo debí de hacerlo, aunque no lo hice en su tiempo ya está hecho. Deje de estar parado frente a la puerta y comencé mi camino para la sala con las cosas en la mano. Un cuerpo pequeño aparece de repente por el corredor, asustandome y sacándome de mis pensamientos. 

—No me digas que otra vez es ella, Ted —dice molesta.

Entiendo que su enfado sea notorio porque esto se viene repitiendo desde que vine, muchas veces y sin parar. Cada vez que algo no le salía bien venía a mi para escuchar su parte tan fantasiosa de los hechos.

Fantasiosa porque era todo mentira.

—Será la última noche, te lo prometo.

Jennifer avanza pasando junto a mí apretando mi hombro, luego un ruido hace que ambos quedemos en una parálisis completa. Resultó ser un pedo de la señorita, comencé a reírme hasta contagiarla. 

—¡Ups! Fue el bebé —bromea.

—Sí, definitivamente —Le seguí el juego.

Fui para la sala, acomode todo en el mueble para luego sentarme en mi linda morada frente a una ventana transparente donde los edificios lucen como una película fantasiosa y futurista. 

Estás a kilómetros de distancia, aun así, eres eso que tanto quiero.

Justo mi celular timbra, sin duda es ella. 

¿Qué tienes?

—Estoy cansado —digo, por una parte si es verdad.

Entonces duerme Teddy, luego retomamos la charla.

Niego con la cabezas— ¿Y si no quiero retomar ver tu bello rostro en estos momento en esa desgraciada almohada?

Sé que soy ridículo pero realmente le desea la muerte porque esta con la chica que quiero estar. Está fuera de mi vista justo ahora, pero puedo atravesar el celular y ver qué está tan roja como un tomate. Vuelve su rostro con seriedad, pero le sonreí lo más mínimo y vuelve a reír.

¡Basta, Teddy!

—¡¿Y qué hice?!

¡Haste el bobo, coqueto!

Sonreí atrevido —¿Lo soy?

¡Oh, por dios! —Ríe nuevamente.

—Ok, lo siento, no lo volveré hacer.

¡No, vuelvelo hacer pero cuando estés a mi lado!

—¿Podrás?

¡Claro que no, por eso te lo digo!

Reímos juntos, algo tímidos pero confiados. Es lo que me gusta, me encanta tener este tipo de relación con ella, solo con ella. Realmente todo esto nace cuando es Charlie, esa parte de mi solo la sale con ella.

¿Otra vez en la sala? ¿Vas a dormir ahí?

Trague profundo —Creo que sí —mentí —, aquí no se escucha los ronquidos de Jenny.

No te creo.

—¿Quieres oírla?

Escuchar para creer.

Cuando estoy apunto de levantarme algo en el corredor me tensa. 

Mierda.

—Teddy, no puedo dormir, ven y duerme conmigo. 

Mi vida en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora