¿Tú y Teddy tienen algo?

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Jueves: ir al parque de diversiones.

En los días anteriores estábamos esperando este momento. Cada año hay un mes específico que abre el parque de diversiones, por suerte Teddy vino en los meses donde estos están.

La hora de salida del colegio casi siempre se me hace una eternidad para llegar a casa con Teddy. Baje junto Jessica y esperé con ella a mi lado. Mi hermana aún no había llegado, así que me senté en el piso con mi patucha.

—Cierto, mi amor —comienza, sentándose al frente mío —, vamos a la casa de Javier. ¿Quieres ir?

—Ya tengo planes —le aclaré.

—¿Dónde van? —pregunta curiosa.

—Aún sitio, ¿andas de sapa?

—Sí, ¿dónde?

Respiro profundo porque sé lo que va a pasar —Al parque de diversiones.

Alguien, que no estaba dentro de la conversación, se entromete con un abrazo de oso de esos que tanto me gustan—¡Yo quiero ir! —alegró Javier.

—Supongo que va con su novio —agregó Joshua, quien también se une a la reunión con Karen.

—No es mi novio —corrijo.

—Si, no es su novio —repite el mismo simulando mi voz irónicamente. 

En los días anteriores, Joshua y yo no hemos establecido una conversación como los meses pasados. Ahora está más insoportable, y como saben ya no lo aguanto. 

Ganas de pegarle un puñete.

—¿Nos invitas? —pregunta Christopher quien me manipula con la mirada. 

El chico caballo grita mi nombre entre la multitud, mi sonrisa vuelve a relucir. Todo se dan cuenta de eso y persiguen a seguirme .

—Parece perro. 

Sofia lo golpea por el hombro —Cállate, Nicolas...

—¡Auch!

—Hola —saludé abrazándolo con fuerzas.

—¡Hey! —exclama el chico poeta cortando nuestro momento —, por ahí escuche que nos vamos al parque de diversiones.

—Eso es cierto —acierta Teddy.

El chico alto se gira hacia todos y grita —¡Dijo que sí!

Al subir al auto salude al señor Antonio quien esta vez viene a verme. Luego regreso mi mirada hacia los chicos; están despidiéndose de la mano bien felices. Después de perderlos de vista sentí el suave cabello sobre mis muslo, sabia perfectamente para qué era eso, entonces comencé hacer lo mío.

Él, por su parte, extiende la mano para sobar mi mejilla suavemente.

—¿Seguro que quieres ir con los chicos? 

—Si, ¿por qué no?

—No sabia que lo querías así.

—Para mí no hay ningún problema —aclaró, dejando su acción para sonreirme despreocupado—. Sabemos que va ser igual, de todas maneras vamos estar juntos.

Sus ojos color miel miran con amor, eso hace que mi piel se erice. La comisura de sus labios suben haciendo relucir una apuesta sonrisa de boca cerrada.

Le doy un beso en la frente y vuelvo ver por la ventana.

***

Cuando salimos lo primero que vemos es a mi madre quien nos espera al lado del carro, está serie. Le sonríe a Teddy pero a mi no.

Mi vida en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora