Bienvenido de vuelta Ryan

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Este capítulo lo narrará Ryan:

Desperté a medio día, agotado y cansado psicológicamente. Ya era la segunda vez que había tenido esos extraños sueños.

-Malditas drogas! -Pensé y ví el cartucho que estaba en el suelo.

Enojado por lo que ese polvo me había hecho experimentar, agarré el paquete y lo eché al retrete. Jalando la palanca pensé:

-Listo, a partir de ahora tendré una vida más sana.

Al finalizar, fui a mi cuarto y miré el reloj: lunes 1:00 pm.

-Santo Dios! Me he quedado dormido y no he ido al trabajo! -Pensé para mis adentros.

Me dispuse a pensar en una excusa para inventarle a mi jefe y que no me despidiera, pero no se me ocurría nada. Al llamarlo por teléfono, al segundo timbre me cogió la llamada y escuché su voz enojada diciendo:

-Ryaaaann! Dónde mierdas estas?!

-Disculpe jefe es que tuve un problema con...

-Excusas! Seguramente te has quedado dormido freaky de mierda!

-No ha sido así,  la verdad es que..

-No me interesa! Estás despedido, ya va siendo hora que comience a limpiar la basura de mi local.

Esto fue lo último que escuché, porque colgó el teléfono dejándome con la palabra en la boca. En un ataque de ira lancé el celular contra la cama, dando como resultado que este rebotara en el colchón y chocara en la pared. Al revisarlo ví como la pantalla se había roto en la esquina superior derecha.

- Genial. -Dije en alta voz.

Opté por conectarme en Whatsapp, quería saber cuáles eran las nuevas sobre el caso de Samuel. Tenía varios mensajes sin leer, dos de ellos eran del chat de Miguel.

-Qué extraño? -Pensé, Miguel por lo general nunca me escribe.

Cuando revisé su chat, solté un grito de terror. Había una foto de lo que parecía un hombre mitad mujer, con cuatro brazos y piernas. Al mirar con mayor detenimiento, noté que eran las partes de Miguel y Stacy. El torso era de Miguel, lo reconocí por el tatuaje que tenía en su pecho, en cuanto a los brazos y piernas, los de la piel más clara pertenecían a Stacy, evidencia de que el asesino se tomó el tiempo de picar el cuerpo de ella y coserlo a su novio como si fuera un muñeco. Y para rematar junto a la imagen el subtítulo de: juntos por siempre. Era horroroso, simplemente atroz, las lágrimas se me salían solas, sentí como el terror se apoderó de mí. Comencé a gritar y decir cosas sin coherencia. Cuando al final logré retomar el control sobre mí, leí el segundo mensaje, en él aparecía un número: 7.

-Siete?-Decía para mis adentros. -Por qué siete?

Entonces me di cuenta de que nuestro grupo estaba conformado por 10 integrantes y ahora sólo quedaban 7 de nosotros. Proseguí a leer los mensajes del grupo Amigos hasta la muerte. Tenía 589 mensajes sin leer, así que comencé a leerlos uno por uno. Me enteré sobre el horario de recuento y también acerca de que cada uno de nosotros trataríamos de permanecer de dos en dos. Bruno iba a ser mi compañero, respiré aliviado por tener a alguien que me hiciera compañía además de Toby, eso me hacía sentir más seguro.

-Toby, el pobre, no a podido comer nada, me he olvidado completamente de darle de comer. -Me acordé.

Fui al refrigerador a buscar unos huesos que había guardado para él, mientras decía su nombre en alta voz. Seguí llamándolo hasta que me agoté y decidí ir a buscarlo. Revisé todo el apartamento y no había rastro del animal, ni siquiera debajo de la cama donde solía echarse. Abrí la puerta del apartamento y miré a los alrededores, sin rastro del can.

Amigos hasta la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora