Llamada a medianoche

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Este capítulo lo narrará Mavy:

Estaba sola en mi cuarto con las luces apagadas y llorando en silencio. Beatrice estaba muerta, él la había matado. Los padres de Bea me llamaron en la mañana preguntando por su hija desaparecida, pero no quise decirles y arriesgarme a las consecuencias las cuales el asesino había mencionado. A cada rato revisaba el celular, no para comunicarme con nadie, sino para ver mi fondo de pantalla en el que aparecía una foto mía y de mi amada. Dos lágrimas cayeron sobre la pantalla, al ver por decimocuarta vez su rostro sonriente. Estallé en sollozos, que fueron interrumpidos por la voz de mi madre:

-Mavy abre la puerta, tengo que hablar contigo.

Aguanté mi llanto, y me sequé las lágrimas con mi sábana. Abrí la puerta, encontrando a mi mamá maquillada en exceso y con su vestido de noche:

-Mavy cariño, voy a salir esta noche, cierra bien toda la casa. Ok?

-Pero mamá no dijiste que esta noche la íbamos a pasar juntas? -Dije un poco enojada.

-Sí, pero un hombre accedió a pagarme una gran cantidad de dinero por una dama de compañía. -Me dijo sonrojándose.

-Ja, lo que faltaba. -Pensé.

-A qué hora piensas venir? -Pregunté preocupada.

Tarde en la noche, depende en que termine. -Dijo sonrojándose. -Tengo que dar un viaje largo, porque mi cliente está a 1 hora de viaje.

-Tanto mamá?! Pero dónde es que vive, en otro pueblo?! -Exclamé asombrada.

-Olvídate de eso, con el dinero que voy a ganar esta noche podré buscarme un trabajo mejor e incluso pagar tus estudios de universidad. -Me dijo sonriente.

La miré preocupada, todo estaba tomando un rumbo muy raro. Al final dije:

-Cóbrale el doble por hacerte ir tan lejos.

-Claro cariño. -Y me dio un beso en la frente. -Cierra bien las puertas y ventanas, que te vas a quedar tú sola en casa.

-Sí eso haré.

-Si te da hambre puedes comer cualquier cosa en el refri menos el pollo. Oíste?

-Sí señora. -Contesté con ganas de terminar la conversación.

-Nos vemos luego cielo. -Terminó diciendo y se fue cerrando la puerta tras sí.

Una vez sola, me acosté en el sofá y prendí el televisor. Busqué Netflix y comencé a ver una película de terror que estaban dando. Aburrida ya que la peli era extremadamente cliché, saqué mi celular y lo prendí. Otra vez el fondo de pantalla me causó tristeza. 

-Lo siento amor, pero no puedes seguir ahí recordándome que ya no estás. -Pensé.

Busqué en galería y cambié la foto de Bea por una de Marylin Manson, mi cantante de rock favorito.

-Mucho mejor. -Me dije sintiendo un amargor por dentro.

Cansada de la ostinante película, apagué el televisor y me puse los audífonos que guardaba en mi bolsillo. Puse a reproducir Unfaithful de Rihanna y comencé a revisar las redes sociales. Poco a poco me fui quedando dormida, hasta que me venció el sueño. Tuve un sueño de lo más extraño, soñé que estaba corriendo por un bosque, aparentemente huyendo de algo, pero no importaba cuan rápido corriese, sentía que todos mis esfuerzos eran en vano. Entonces mi celular comenzó a sonar, al sacarlo de mi bolsillo noté que era el número de Bea, quien me estaba llamando.

-Qué diantres? -Me dije.

Y el tono de llamada se hizo más y más fuerte hasta que desperté. Abrí los ojos lentamente, el tono de llamada de mi celular me había despertado. Al tomarlo enfadada, vi el número que me estaba llamando y me quedé estupefacta: Era el número de Beatrice. Me quedé unos instantes rígida, sin saber que hacer, mientras el tema The beautiful people de Marylin Manson, sonaba a todo volumen. En un instante de valentía, acepté la llamada, pero esta se colgó inmediatamente. De repente volvió a sonar mi celular, intenté responder pero todo fue como la última vez.

Amigos hasta la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora