Capítulo 39

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Entre ramas del bosque cercano el pequeño de cabellos rubios estaba concentrado tratando de percibir todo lo que pasaba a su alrededor, las gotas caían con ligereza pero pronto caerían con fuerza, él sabía que su sangre guardaba un poder oculto algo que siempre tuvo que ser oculto bajo sótanos en mil llaves y días en oscuridad absoluta.

Aunque su vestimenta cambiara aún faltaba superar su mayor miedo, no lucía atuendos de realeza, ahora podía ser lo que siempre quiso, sacó unos cuchillos de demasiado filo los puso en posición para lanzamiento, cerró un ojo para ver la ubicación exacta en sus manos y los lanzó.

La trayectoria fue de forma sobrenatural cambiando de rumbo hasta un venado arrepintiéndose en último momento para no causarle daño, desviándose pasó por de lado sólo asustando al indefenso animal; tenía gran talento para eso pero no podría hacerle daño a nadie, simplemente no podía hacerlo, sólo suspiro y se sentó en la hierba, los recuerdos de su padre llegaron a su mente, todo el maltrato y sufrimiento hicieron que volviera de pie.

Movió su cabeza arreglando su cabello, para notar como podía oír en la lejanía correr con desesperación a los venados de antes, fue cuando lo notó abrió sus ojos con brusquedad dejando ver su brillo dorado; de él empezó a brotar rayos pequeños que comenzaban a incrementar.

Dio dos vueltas y lanzó otros cuchillos, su velocidad fue increíble, incluso más que la anterior, rayos de sus manos impulsaron con una fuerza de energía voraz.

Un gruñido resonó entre los troncos y hojas, una sonrisa se marcó en su rostro de felicidad; cayó al suelo demasiado cansado y aturdido, hiperventilaba agitadamente. La sangre corría en la hierba, un lince que buscaba devorar a los pequeños venados había sido herido gravemente dejándolo en agonía.

El pequeño de ojos dorados comenzó a reír mientras era bañado por la lluvia pesada en su mente sólo las palabras ¡lo logré! ¡lo logré!, sus ojos comenzaron a humedecerse y no por la lluvia, recordó el día en que presentó su poder por primera y ultima vez hasta ese día por ser reprimido brutalmente por su padre que se encargó que no volviera a invocarlo nunca más.

Una sonrisa triste mientras se ponía de rodillas y miraba sus manos que trato de invocar nuevamente la energía que podía tener, un leve rayo entre sus dedos se formaba que iba en incremento, los miraba con demasiado detenimiento, era maravilloso ante sus ojos.

Las nubes negras viajaban en el aire, al pequeño no parecía importarle el clima ni lo que pasaba, estaba siendo hipnotizado por su propio poder, en ese momento sus manos comenzaron a cargarse más y más.

Espera... espera, espera, espera, ¡espera! — todo se descontroló, cerró sus ojos y sus manos se alzaron al cielo clavando un rayo en las nubes que empezaron a cargarse, pronto empezó una tormenta eléctrica de gran magnitud por la estimulación que causó el pequeño que cayó inconsciente.

"Para controlar tu poder debes controlar a las emociones de tu corazón"

Acaricia el cabello suave de pequeño mechón negro, que parecía no comprenderlo — Como el agua temple de la laguna, tranquila y quieta dando su transparecia — el niño lo pensó — Sí mami — sonrió el pequeño que corría al rededor de su dulce madre para nuevamente estirar sus manos a un árbol, pequeñas chispas salieron de sus manos — Muy bien — sonrió la joven madre omega que se acercó a cargar a su pequeño y darle mimos.

Inténtalo otra vez — dijo la madre con emoción de rodillas para estar a la altura de su pequeño, el niño asintió y se concentró en dirigir los rayos correctamente hasta que creyó escuchar caballos e involuntariamente los rayos se proyectaron en intensidad haciendo que la corriente pasara entre todos los árboles ocasionando caer todas las hojas de los arboles cercanos del castillo.

La madre de cabellos rubios se asustó pues también creyó escuchar lo mismo, el rey había llegado de su viaje — ¡Denki! — gritó la reina, el pequeño con miedo corrió hacia su madre para esconderse entre su falda.

El rey estaba frente a ellos, el terror y el miedo invadió a la madre que trataba de proteger a su pequeño, un silencio estremecedor cuando una cachetada hizo caer a la reina al suelo. — ¡Mamá! — grito el niño que de inmediato fue a su madre ya ahogado en lágrimas — Denki debes irte ¡Vete! ¡CORRE! — exclama la madre con desesperación, el pequeño no supo que hacer sus piernas lo traicionaron.

El rey con furia tomó por el brazo a su pequeño hijo que se quejó de dolor por la brusquedad de su padre —¡Suéltalo! ¡él no lo hizo! ¡fui yo! ¡FUI YO! — trató de defender la madre que comenzaba a pararse para tratar de evitar que se llevara a su hijo.

Un golpe no se hizo esperar —¡Cállate!— reprimió — Lo vi con mis propios ojos — escupió con odio — Voy a matarte — amenaza el rey con una risa sádica que con el otro brazo jalo de los cabellos a su reina para acercarla hacia él — Lo tuve que hacer desde el principio — finaliza el rey para dejarla allí y arrastrar a su hijo que luchaba por liberarse — ¡Mamá! ¡Mamá!

Lo llevó a rastras hacia un sótano del palacio para encerrarlo allí en una oscuridad absoluta — Renunciarás a ese poder absurdo — ordenó mientras lo encadenaba —O juro que no saldrás de aquí nunca más — una sonrisa macabra en el perverso rey, el niño estaba entre lágrimas, no pudo formular palabra alguna sólo lágrimas negras mientras veía el último rayo de luz agotarse, se escucharon llaves continuas, destrozando cualquier esperanza de salida.

Ma... má... — Tartamudeo el pequeño de mejillas mojadas por el llanto hasta que comenzaba a perder la conciencia.

 — Tartamudeo el pequeño de mejillas mojadas por el llanto hasta que comenzaba a perder la conciencia

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¿Es... una tormenta? — Ve Eijiro a lo lejos desde su dragón blanco algo maravillado con el príncipe de fuego y hielo sujeto a su espalda, una gran tormenta eléctrica comenzaba con fuerza por la frontera del Reino de Lluvia.

Maldición —  se escucharon truenos fuertes y estridentes, su pequeño Izuku se escarapeló, llegó a sentir el frío y la lluvia, el aire era congelante, el príncipe de dragones buscaba darle calor a su pequeño omega que empezaba a tiritar, le ofreció compartir su capa roja acercándose más rodeando su cintura.

Deberíamos descender — comenta el caballero que estaba con la hechicera de cabellos castaños que estaba tiritando extremamente de frío. Todos concordaron en el último pensamiento, llegaron a la frontera del reino de lluvias buscando lugar para descansar del viaje y que el príncipe Todoroki pueda recuperarse.

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Hola a todxs los quiero un montón, los extrañé, estoy en el final de ciclo y pues trabajos me mataron, aún me falta una semana llena de exámenes; pero estoy de vuelta jaajasjasjajs

Ya pronto se van a encontrar, quise remarcar bien el trauma del pasado de Denki, me duele mi corazoncito pero es necesario TT-TT

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Te Encontré [Katsudeku] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora