Capítulo 42

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En una de las habitaciones se hallaba dormido el pequeño príncipe de cabellos verdes, sobre su pecho se encontraba el libro que fue el legado de su madre, tratando de encontrar alguna respuesta; se había quedado en vela tratando de leer minuciosamente cada página.

El príncipe de dragones notó el mechero iluminando la habitación del pecoso, tocó la puerta pero al no recibir respuesta procedió a entrar para encontrando al pequeño pecoso profundamente dormido con ojos cansados; de manera improvista se encontraba admirando pedazo de su omega, contemplando su movimiento lento al respirar haciéndolo levemente sonrojar.

Un trueno demasiado fuerte se escuchó desde el cielo haciendo que el pequeño se despertara asustado dando un cabezazo en la nariz del alfa que cubrió su nariz y comenzó a reír por la reacción del peliverde.

Cabellos desordenados resaltaban en el pequeño que miraba con desconcierto al cenizo reír mientras se cubría la nariz, hasta que logró reaccionar.

Lo... ¡¡lo siento Kacchan!!— inmediatamente buscó algún pañuelo para limpiar la poca sangre que brotaba causada por el golpe tratando de limpiar la nariz del alfa que lo veía con gracia.

¿Acaso te siguen asustando los truenos nerd? — bufó del pequeño que inmediatamente se puso rojo como un tomate.

¡No, no es cierto! es sólo que... que... — trataba de defenderse no encontrando argumentos suficientes para hacerlo con su frente roja por el golpe.

¿Mmm? — miró al pecoso que se trababa en su explicación indefendible con una ceja levantada al ver al pequeño bajar la cabeza dándose por vencido

Supongo que... tendré que quedarme...— los ojos verdes se dirigieron a los rojos que desviaron la mirada — Como antes... — sonrió ligeramente; recordando su niñez junto a él, y todo el tiempo perdido simplemente hizo que se apagara, jamás lograría recuperar aquellos fragmentos que hubiera pasado con Izuku.

Como... ahora — sonrió el pecoso colocando su mano sobre la de Bakugo con suavidad, "como antes" eran palabras de nostalgia hiriente, el tiempo que se encontraba completamente perdido estaba en sus manos esa noche.

El príncipe cenizo se acercó lentamente a besar los dulces labios de su omega que se sonrojó al sentir el rozar de sus labios contra los suyos para luego cerrar los ojos, ya no tendría miedo si él estaba al lado suyo, ni los truenos, ni los relámpagos lo volverían a asustar si su alfa estaba con él.

Sus pequeñas manos se dirigieron al pecho del ojirubí, sintiendo los latidos para luego separarse y mirar su alma atravesando sus pupilas sin la necesidad de decir ni una sola palabra, los delicados brazos envolvieron el cuello de su alfa abrazándolo se recostó en su hombro para sentir como los brazos fuertes de su alfa lo acercaban a él mientras este inhalaba el aroma de los hermosos cabellos peliverdes.

La ventana se iluminaba por los relámpagos y rayos de la tormenta de afuera, haciendo que el pequeño se aferrara aún más en su abrazo queriendo que ese momento durara por siempre, al intentar observar por la ventana que daba vista a las ramas de un árbol y el cielo caótico, su vista le empezaba a ser algo borrosa entre sus ojos entrecerrados, fue acelerando su flujo sanguíneo tiñendo sus mejillas; una sensación extraña lo invadía y se expandía desde dentro.

El príncipe de dragones notó el cambio en el pequeño peliverde que aumentaba su respiración intranquilamente, su aroma era más fuerte que antes ¿Acaso...? ; Izuku comenzaba a hiperventilar sintiendo un ardor en el vientre, apretó sus párpados con fuerza ¿También se había resfriado por la tormenta?, no... esto era completamente diferente.

Agh — tosió cuando sintió un dolor intenso haciendo preocupar al cenizo que de inmediato se separó de él para preguntar

¿Estás bien? — buscaba la mirada esmeralda que era dolorosamente oculta para luego tratar de fingir; en el fondo se escucharon truenos.

Uhmm si... tsk... — cubría su abdomen con ambos brazos tratando de forma inútil aliviar su dolor, en ese momento preciso recordó las palabras de la anciana, y si...

Su vista ya vidriosa se levantó para encontrar los ojos del alfa preocupado por su estado intentó acercarse para luego notar lo que realmente estaba ocurriendo, su lobo lo había detectado, su omega había entrado en celo de manera abrupta e intensa.

Las mejillas resaltaban teñidas en rojo en la piel pálida del pecoso que apretaba sus ojos en lágrimas para luego abrirlos al sentir que los labios del alfa dejaba un suave beso en la mejilla, pronto sintió como los brazos del alfa lo abrazaban cubriéndolo, el sólo sentir el aroma de su alma apaciguaba el dolor, la fiebre aumentaba mientras su lobo sólo pedía unirse a su alfa.

Un beso se planto en sus labios rosas, dejándose llevar por ese beso que calmaba su dolor pero incrementaba el arder de su vientre, los latidos irregulares y la hiperventilación constante aumentaban causando dolor en su pecho dejándolo casi sin aire.

Kac...chan... — susurraba el nombre del príncipe tropezándose en su hablar al no poder respirar.

Izuku dime. ¿Dónde... ¿Dónde está la medicina? — preguntó el príncipe tratando de calmarse al no escuchar respuesta de su omega, forzando el poco autocontrol que le quedaba — ¡Deku!... tsk.

El príncipe llegó a escuchar las palabras de la anciana cuando hablaba con sus aprendices justo antes de partir del Reino de Dragones: "La situación del pequeño es muy delicada... no sólo su celo llegará de manera repentina por la represión, sino que llegará causando arritmias demasiado fuertes por el sello que tuvo durante todos estos años, la irregularidad de su celo sería realmente radical a la de un omega normal, incluso más al ser uno puro.

De inmediato buscó la medicina entre las cosas, cuando por fin la encontró hizo que el pequeño omega lo bebiera por completo hasta la última gota de lo que quedaba, la respiración del omega se fue calmando y el agarre de la muñeca de su alfa se fue soltando, quedando sin fuerzas en un profundo sueño, las manos del alfa se posicionaban en la pequeña cintura de su hermoso peliverde para recostarlo con cuidado y cubrirlo con las mantas.

El cenizo se sentó en la cama y apoyó sus brazos en sus rodillas llevando sus manos a la cabeza cubriendo sus ojos "¡¡En qué estaba pensando!!, estaba a milésimas de ser completamente controlado por su lobo dejándose llevar por sus instintos, iba a reclamar a... Izuku" al pensar en aquella situación se sonrojo demasiado, sin duda lo haría algún día, tendría al pequeño de ojos esmeraldas como su omega por siempre, en ese instante sintió un suspiro del peliverde inconsciente.

Dirigió la vista al pequeño que fruncía el ceño en la inconsciencia con malestar, Bakugo mordió su dedo pulgar dejando una pequeña herida donde se asomó una gota de sangre, la dirigió hacia la delicada comisura del pecoso de mejillas sonrojadas, el omega reaccionó bebiendo la sangre de su alfa calmándolo.

El príncipe sonrió por el resultado acariciando las suaves ondas del pequeño que desprendía sus feromonas en alto, debía dejarlo antes de hacerle caso a su lobo que arañaba salir para dominarlo, al decidir levantarse de la cama sintió un jalón de su capa, al voltear notó la mano pálida del pequeño sujetada a su capa pidiendo que se fuera.

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Hola a todxs estoy muy contenta por volver, hubieron muchos inconvenientes en mi vida últimamente es cansado, pero recordé lo genial que es escribir y volví; agradezco a cada unx de ustedes qur me animaron a volver en serio lo agradezco demasiado a todxs que siguen en esta historia

¿Cómo les pareció el capítulo de hoy?
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Hasta el próximo capítulo

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Te Encontré [Katsudeku] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora