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-El es solo un amigo, más bien ¿Qué te interesa lo que sea de mi? -dijo la azabache con el entrecejo fruncido mirando directamente al rubio- Así que no te debes preocupar o lo que haya sido eso, si bien recuerdo ayer en la noche apenas me hablaste bien, ¿No crees?

-Tienes razón,no me tiene que importar ya que ni siquiera somos amigos, pero cuándo vi a ese tipo acercarse a ti no me dio una buena sensación - soltó una bocanada de aire para seguir hablando - Estaba en mi balcón, así que pude verte, decidí seguirte para asegurarme que estuvieras bien, sé que fue una decisión estúpida, lo siento, y ya que veo que estas bien, me voy -dio media vuelta y empezó a caminar sin darle oportunidad a Marinette de decir algo.

-¿No es el chico de ayer?

-Si, es Adrien....-mientras no quitaba la mirado donde había desaparecido el rubio- Alya,en seguida vuelvo,mejor sigue viendo los electrodomésticos, iré tras el....

-¡Marinette, espera! -dijo la morena al ver como corría en la misma dirección donde se había ido Adrien - Ay Marinette, nunca cambias - mientras se reía de su hermana - Bien, mejor sigo viendo.

Y sin dudarlo mas empezó a correr por el pasillo, desviando la mirada por los otros para ver si podía verlo, sin darse cuenta ya estaba afuera del centro comercial buscando con la mirada a Adrien, en eso vio a alguien que al parecer era el, estaba subiendo a un auto negro, así que Marinette decidió correr mas rápido para poder alcanzarlo.

-¡Adrien! -dijo la azabache al ver como había encendido el auto- ¡Espera! -con la voz agitada apenas pudiendo hablar y las mejillas sumamente rojas - ¡Por favor!

En eso el auto se volvió a apagar, haciendo que la puerta del conductor se abriera de un golpe.

-¿Necesitas algo Marinette? Estás bastante agitada -mientras recargaba su antebrazo en la parte superior de la puerta - Si es por lo de hace un momento, no te preocupes, prometo no volver a meterme en tu vida.

Adrien, sentía algo que le punzaba en el pecho, no le importaba ninguna chica, pero aquella azabache había despertado algo en su interior, al parecer le había importado lo que le había dicho y incluso le había dolido en su alter ego, ya que otras chicas habrían caído rendidas a sus pies por la acción que había tenido de haberse preocupado por ella, pero aquella chica fue la excepción, después de todo sentía como si algo lo jalara hacía ella.

-Lo siento, no debí comportarme así contigo, pero tampoco tenias por que seguirme, siendo sincera yo si te considero un amigo -dijo la azabache clavando sus zafiros en las esmeraldas de el, haciendo que el rubor aumentará más - Bu-bueno cl-claro que si tu quieres.

Sin previo aviso se abalanzó hacia ella para abrazarla, algo que a ella la tomo por sorpresa.

-Claro que si My lady -dijo rompiendo el contacto entre ellos- Lamento haberte seguido, no quiero arruinar la amistad que acaba de comenzar - poniendo sus manos en sus hombros dedicándole una tierna sonrisa- Prometo no tener otra vez una conducta así.

-Bu-bueno, tengo que irme, Alya aún me espera, adiós -se dio media vuelta para regresar donde se encontraba su amiga a un paso apresurado-

Por su parte no se borraba aquella sonrisa boba que tenia en su rostro, viendo como aquella chica torpe se perdía de el rango de su vista.

Decidió volverse a subir a su auto para ir a su departamento, ya que en hora y media tendría la sesión de fotos con su padre, mientras conducía iba escuchando musica que de un momento a otro fue interrumpida, al parecer por que había llegado un mensaje, decidió ignorarlo y disfrutar su propia compañía mientras otra vez sonaba la melodia.

Siempre había creído que nunca se sentiría así por ninguna chica, pero solo con abrazarle y poder haber percibido su olor a durazno lo había echo sentir algo cálido en el pecho.

El amor de mi vida (MLB) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora