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El fin de semana paso con lentitud y ninguna de las Dupain tenia la intención de ver a la otra, Alya respetaba su espacio que incluso ella a veces necesitaba, Marinette de igual forma se lo daba y tal vez está vez era el caso de ella.

Ella salía de su habitación yendo a la cocina y moviéndose dentro del departamento por todas las habitaciones pero en ningún momento vio que la manija girará dejando verla.

Al ser un Lunes por la mañana ya estaba lista guardando su Laptop como lo único que le faltara en su mochila.

Aún faltaban treinta minutos para iniciar  sus clases por lo que creía que debía estar en esos instantes aún en cama, tocó la puerta no recibiendo ninguna clase de respuesta, tomó la manija abriendola con facilidad ya que no tenia seguro.

El cuarto estaba completamente ordenado como si el desastre de hace dos días no había ocurrido. La cama sin que se formara ninguna arruga en la colcha, sus materiales acomodados a la perfección en una de las esquinas de la habitación siendo iluminados por la luz que entraba a la perfección ya que cada cortina estaba atada con un listón de color azul.

Cerrando nuevamente la habitación para así por fin irse. El ambiente lo sentía bastante incómodo pero ¿Qué podía haberle pasado a Marinette? Ella era una persona que si algo le molestaba era fácil de descifrarlo sin embargo este no era el caso, simplemente parecía estar neutral.

Al estar parada en la espera de su transporte sacó su celular conectando sus auriculares para hacer la espera no tan aburrida, veía la carretera donde bien sabía que tendría que venir para irse.

En eso un auto negro se puso frente a ella bajando la ventana para ver a la morena que lo saludaba con una sonrisa moviendo su mano.

-Ey, rarita ¿Quieres que te lleve?

-¿A mi? - llevo su mano hacia su pecho como si algo impresionante pasará frente a sus ojos - ¿Adrien Agreste me quiere llevar?

Comenzó a reír al ver la actuación de su amiga, realmente era pésima en ese ámbito como una película de bajo presupuesto era seguro que tendría el protagonico.

-Vamos Alya.

Rodeo el carro para entrar al asiento de copiloto, Adrien le dedico una sonrisa cuando ya estaba a su lado volviendo a dirigir su mirada a la puerta del edificio de ella esperanzado que alguien saliera de este.

-¿Esperas a tu "amiga"?

Vio a su amiga que parecía divertirse con las expresiones de este, era entretenido al verlo evitando su mirada para no ser al cien por ciento descubierto.

-¿A que te refieres con "amiga"?

Hizo el mismo movimiento y gesto que Alya al decir lo último, ya que realmente no lograba entenderla.

-¿Sabes? Espero que lo descubras por ti solo.

-JA JA  JA, que graciosa eres en verdad.

-¿Crees que yo no? Solecito si estas preocupado por Marinette creo que salió temprano por primera vez en su vida.

-Entiendo, ¿Ahora me llamaras Solecito?

-Claro, ricitos está ocupado por el gran idiota de Felix, al menos que te moleste te llamaré así ademas que tu cabello es un rubio más ¿Claro?

-¿Podemos dejar de hablar de mi cabello?

-Bien, si es lo que quieres.

-¿Qué pasa entre tu y Marinette?

Alya contó los breves sucesos sin saltarse el echo de que Marinette parecía evitarla o simplemente quería estar en su mundo e incluso podría llamarse su lugar seguro.

Adrien al escuchar detenidamente no sabía que hacer, era pésimo al tratar de dar apoyo, consejo o simplemente aconsejar el solo era bueno escuchando.

Después Alya desvío el tema ahora al problema de Adrien, este le contó que había tratado de encontrar a Nino pero parecía que lo había bloqueado de todos lados o simplemente silenciado.

Al llegar a la universidad bajaron viendo a Marinette sentada en una de las mesas de la cafetería con una libreta en sus piernas a la vez que parecía dibujar algo en esta. El rubio se acercó con cuidado de no asustarla ya que parecía abstraída en lo que hacía.

Al simple rose de sus dedos pego un grito acompañado de un brinco dandole un golpe en el abdomen al rubio que parecía haberse asustado más que ella.

-Adrien, no vuelvas a hacer algo así.

Se quitó sus auriculares inalambricos colocándolos dentro de su mochila al igual que su cuaderno y plumas que tenía afuera.

-Lo siento Marinette, no era mi intención asustarte.

-Esta bien, ¿Perdiste algo o por qué me llamarías?

Dijo la azabache alzando sus azules para ver a mejor el rostro de aquel intruso que arruinó su concentración.

Por su parte aquella forma de hablar no parecía ser el de Marinette era demasiado golpeado pero aún conservando el tono agudo de su voz.

-Mari ¿Hace cuanto estas aquí?

-No lo sé, ¿Una hora tal vez?

-¿Estas bromeando? Puedes enfermarte pedazo de idiota, sabes que esta temporada en las mañanas es demasiado frío.

-Lo se, ¿Pero que quieres que haga?

Bajo sus pies de la silla haciendo que retrocedieran ya que realmente estaban muy cerca de ella, guardo la manta que tenía en su mochila para colocarla en su hombro.

-Nos vemos, no quiero llegar tarde a clase, nos vemos luego ¿Supongo?

Así con la mayor calma posible los dejo nuevamente solos, Alya simplemente soltó un suspiro para irse de aquel lugar que bien tenía razón su hermana y era tiempo de que iniciarán sus clases.

Adrien sin más se fue a su edificio no encontrando en ningún lado a su mejor amigo, tenía la esperanza de cómo era costumbre de él llegara derrapandose por el pasillo para entrar al salón de clases.

Sin embargo al pasar las clases sabía que era iluso pensar de esa manera viendo el lugar vacío del que nunca había faltado por más excusas que pusiera siempre estaba ahí.

¿Dónde estaba Nino?

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Gracias por su tiempo de leer esta parte.

SuarezHelio

Fecha:10 de septiembre del 2021

El amor de mi vida (MLB) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora