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-Al, dime que pasa.

Ya se encontraban sentados en el sofá más grande de la sala, Adrien al nunca haberse encontrado en esa situación lo que pasó por su mente era el peinar sus cabellos, siempre se lo hacía a las chicas con las que dormía pero esta vez era diferente. La chica que se encontraba recostada en sus piernas era la que ahora consideraba su mejor amiga, con la cual pasaba momentos divertidos y disfrutaba a su lado y ahora le tocaba estar en uno malo.

Las lágrimas entre cortadas brotaban de sus ojos avellana, quería con todas sus fuerzas el no llorar frente a él pero ahora le era imposible, el recibir su consuelo sólo hacía que todo el dolor que había estado reprimiendo por fin se desbordara, odiaba a Mar pero aún así cierto cariño seguía ahí obligándola a que únicamente pensara en lo malo que hizo ella que lo orillo a hacer aquello.

-Adrien....

Trago saliva comenzando a relatar aquella historia que ahora solamente producía un sabor tan amargo como si se mordiera el grano de cacao pasando lentamente por la garganta sin nada más que la propia saliva. Eso es lo más cercano que podía describir su sentir, aquel sabor dulce ya había desaparecido por completo.

Adrien escuchaba atento cada palabra y el más mínimo detalle de Alya mientras trataba de limpiar las lágrimas que estaban en sus mejillas, ¿Cuándo el se vería así? Ahora mismo podría reírse de lo patético que era por interesarse y el tratar de ayudarla ¿Donde estaba el verdadero Adrien?

Mientras los sollozos y palabras de Alya inundaban el departamento, Nino se encontraba recostado en su cama mirando el techo, iba a escuchar música para no escuchar aquella conversación ajena a él, no era de su interés o importancia pero al escuchar la voz quebrada de la chica que siempre parecía feliz con sus amigos eh incluso cuando discutía con el y con aquella expresión de enfado lucia bien.

¿Cómo estaría ahora su rostro? ¿Qué expresión tendría en el?

Escuchaba atento desde su habitación evitando hacer el mínimo ruido para prestar su total atención, no eran cercanos pero aún así el enfado al escuchar lo que le había echo aquel idiota que llevaba por nombre "Marcos" alias "Marc el hijo e puta" hacia que únicamente quisiera tenerlo en frente por haberla hecho llorar.

¿Tenían una gran relación? No, sin embargo lo poco que hablaron sabía que no se merecía aquello, más bien, nadie merecía aquel trato tan mierda. Su historia con Chloe vino a su mente ella de la misma manera quería ponerle los cuernos con su mejor amigo pero este claramente marcaba la línea entre su amistad a algo más.

Siempre dicen que como una moneda en una historia hay dos caras, las dos versiones de las personas involucradas y como ellos vieron aquello, pero sinceramente esta vez la otra parte importaba poco, no había algún tipo de explicación o excusa que escudara aquello.

Adrien hizo que se sentará para darle un simple abrazo que hizo que Alya se sintiera segura, no era bueno con las palabras y era algo evidente pero esa simple acción era el reconfort que ella había estado buscando, alguien que la escuchara y no juzgará tanto a ella como a él.

-Oye, voy a arreglar un asunto ¿Quieres venir? Puede que el salir te ayude.

Paso el pañuelo por sus mejillas limpiando las lágrimas que quedaban en ellas asintiendo con una gran sonrisa.

-Me encantaría Adrien, tu estas conmigo así como yo lo estoy.

Unos pasos interrumpieron la atmósfera llegando nino con el cabello un poco húmedo pero ya vestido con las manos levantadas y una gran sonrisa en su rostro.

-Yo también voy.

-¿Qué? ¿Cuándo te invite?

-No lo hiciste, pero no tengo algo mejor que hacer.

El amor de mi vida (MLB) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora