La Guerrera y el Dragón [Draken×TN)

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Apenas llegamos al hospital, se llevaron a Draken directo a la sala de cirugías, había perdido mucha sangre y le había dado un paro cardíaco.

—Draken, por favor, ponte bien —murmuré entre lágrimas, sentada en la sala de espera junto a Takemicchi, la desesperación no me dejaba respirar así que me quité mi cubrebocas y mi chaqueta—.

No pasaron ni 5 minutos cuando llegaron los demás, desesperados y preocupados por Draken, especialmente Emma.

Lo único que quedaba por hacer, era esperar...

[...]

—No... díganme qué no es verdad —sollosaba Emma en brazos de Hina—.

Tuvimos que decirles a los muchachos que Draken había sufrido un paro cardíaco de camino al hospital en la ambulancia, y a Emma obviamente no le gustó para nada la noticia.

Le pedí a Hina que soltara a Emma un momento para yo pudiera darle un abrazo, así que la reconforté en los brazos, igual que cuando éramos pequeñas y se caía, era muy exagerada y hacía un berrinche, así que le pedía a mamá que le comprara una paleta y yo se la daba. Ojalá tuviera una paleta ahora mismo...

—T-tranquila Emma, todo estará bien, te lo prometo...

—¡Takemicchi! —escuchamos un grito en el pasillo, era Mitsuya acompañado de Peyan—.

Inmediatamente tuve que soltar a Emma y ponerme el cubrebocas para que no me viera, lástima que no oculta mis lágrimas.

—¡¿Y Draken?!

Takemicchi tuvo que apartarse y les explicó de la situación a Peyan y a Mitsuya, quienes también se preocuparon mucho.

Tampoco pasó mucho para que Mikey llegara a la escena, completamente mojado al igual que todos, venía calmado y en silencio, como si la situación no le importara.

Pero yo conozco a Mikey, debe estar muriendo por dentro, no me imagino lo que podría pasar si... si Draken...

—Mikey... —sollozó Emma, a lo que él sólo nos tomó del hombro a ambas y nos miró comprensivo—.

Adoraría tener la paciencia de Mikey.

Igual de apacible, Mikey miró fijamente el brillante letrero rojo frente a la puerta.

—Kenchin... es un hombre de palabra. No nos va a abandonar, jamás faltaría a su palabra

Yo sólo bajé la cabeza, recordando el día en que nos conocimos, ese día siempre fue especial para mí.

—Me prometió que conquistaríamos el país juntos ¿no es así, Fendrir? —sonrió—.

—Sí... Éramos unos niños -reí entre lágrimas-.

—Por eso, Fendrir, Emma, Mitsuya, Peyan, Takemicchi... Confíen en Kenchin. Va a estar bien

Ante las alentadoras palabras de Mikey, me sequé las lágrimas y me senté junto a él, dando un suspiro intentando aliviarme.

—Mikey tiene razón, desesperarnos no servirá de nada

[...]

Durante un largo rato estuvimos sentados en la sala de espera en silencio, pero se notaba que estábamos nerviosos y tensos con todo lo que estaba pasando.

Hasta que por fin esa desgraciada luz se apagó, así que todos nos pusimos alerta al ver que uno de los cirujanos salía de la sala.

—Se encuentra fuera de peligro, la operación fue un éxito