La Guerrera y el Dragón [Draken×TN)

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[14 de Noviembre de 2005]

—¿Eh, ya terminaron? Eso fue bastante rápido. Bueno, mejor así, en un rato voy a juntarme con un amigo

Acompañé a Takemicchi y Draken a ver a Kazutora, yo decidí esperar afuera porque realmente no tenía ganas de entrar, pero uno de estos días vendré a visitarlo.

—Sí que hace frío —comentó Draken—.

—Se nota que es invierno ¿eh? —respondió Takemicchi—.

Ya estamos cerca de las épocas navideñas, es lo que más me gusta del año, me gusta mucho ver las sonrisas del abuelo, de Mikey y de Emma cuando reciben mis regalos.

—Ah, sí. Mikey te envió un mensaje, Takemicchi

—¿Mikey?

—Sí, quiere decirte algo importante en nuestra próxima reunión, así que no puedes faltar

Juntos tomamos el metro y nos fuimos a Shibuya, a la casa de Draken. Osea el burdel.

Ya he estado ahí un varias veces ya que me llevo bien con las chicas del burdel, pero no voy muy seguido porque a veces me perturban los sonidos lujuriosos que se escuchan desde el cuarto de Draken.

—¿Eh? ¿Shibuya? —se preguntó Takemicchi—. ¿A dónde vamos?

—A mi casa. Queda a la vuelta, vamos

—¿A la vuelta? Pero si estamos en pleno centro de Shibuya

Takemicchi se sorprendió mucho al ver que la casa de Draken es un burdel.

—De locos, ¿verdad? —reí—.

Al llegar a su piso nos recibió su padre adoptivo y una de las chicas del burdel. Fue tan impactante para Takemicchi que hasta pensó que nos habíamos equivocado de piso.

Apenas llegamos le pidieron ayuda a Kenchin con algunas cosas, así le ofrecí dividir las tareas y yo fui a cambiar una bombilla de la sala de descanso que la señorita pidió mientras que Kenchin fue a buscar unas toallas.

—No te preocupes Kenchin, yo me ocupo de esto. Deja que Takemicchi espere aquí en la sala de espera

Seguí a la chica hacia la sala de descanso mientras nos metíamos en una charla.

—Hace tiempo no te veía por aquí (////)

—Sí, tuve algunos inconvenientes pero tengo que reunirme con un amigo y luego con mi hermana aquí en Shibuya así que aproveché de venir. Tengo que darle esto a mi hermana porque hoy es nuestro cumpleaños —sonreí señalando una bolsa que traía desde hace un rato—.

—Oh, felicidades

Como los únicos que hemos visitado este lugar somos Mikey, yo y ahora Takemicchi, les confío mi identidad a las chicas del burdel sabiendo que nadie más vendrá, además muy pocas saben de la existencia de Fendrir y lamentablemente serán reemplazadas dentro de un tiempo y con ellas se irá mi secreto, así de cruel es el mundo de la prostitución.

—Ten cuidado de no caerte —me advirtió mientras yo me quitaba mi chaqueta—.

—Tranquila, puedo con esto... Y... ¡Ya está!, no es para tanto, mis brazos son largos, esto es pan comido para mí

—Ya te he dicho que con esa figura que tienes puedes trabajas de modelo, dama de compañía o incluso aquí más adelante, podrías ganar mucho, sólo si quieres

—Y siempre te digo que no, me vuelves a decir eso y nunca más volveré aquí, estas cosas no me gustan y claramente no son lo mío, yo tengo mis metas y sueños —respondí mientras me volvía a poner mi chaqueta ancha—.