La Guerrera y el Dragón [Draken×TN)

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—Hoy voy a reunirme con Betsui, tuvo que cancelar el otro día por una urgencia familiar así que lo cambiamos para este día

Betsui y yo fuimos amigos durante la primaria, me juntaba con él cuando no estaba con Mikey o mis otras amigas, jugábamos, íbamos a comer galletas a la plaza, nos reuníamos a repasar en el receso antes de un examen... Era muy divertido estar con él.

Cuando entramos a secundaria perdimos el contacto ya que no teníamos forma de contactarnos más que por cartas, pero ninguno sabía dónde vivía el otro ya su mamá no le gustaba verlo conmigo porque se enteró de la reputación de Mikey, así que no nos volvimos a ver hasta hace algunos días.

No iría a la Toman hasta más tarde, así que me tomé la libertad de quitarme mi chaqueta y mi cubrebocas para usar mi identidad original. Mientras nadie de la Toman nos viera todo estaría bien.

Después de todo, imagínense la cara de alguien que pensó por ya casi 2 años que estabas muerta y fue toda una mentira??

—Hola Hayashi-kun, perdón por llegar tarde, ayudé a mi abuelo con unos asuntos y me atrasé

—Tranquila, y por cierto, te ves bonita sin esa gran chaqueta que llevas ahí, resalta más tu figura

Ante su elogio no pude evitar sonrojarme, Betsui nunca tuvo rodeos para decir las cosas.

—Hablemos mientras que nos vienen a tomar la orden

—Pero si tú trabajas aquí

—Oh es que es mi día libre, tuve que moverlo para hoy por eso no pudimos vernos el otro día.

Un corto silencio algo extraño se formó entre nosotros, así que decidí hablar.

—Y... ¿cómo has estado?

—Oh, bien, entré a una buena secundaria no muy lejos de aquí, y además conseguí trabajo de mesero aquí

—Eso es genial, te va muy bien —sonreí—.

—Dime ¿qué fue de ti? No nos hemos visto en 3 años, quiero saber qué has estado haciendo

—Ah... y-yo...

¿Qué hice? Pues mejor empieza a sacar la libreta y el lápiz.

Pandillas, peleas, subcomandante, mentiras, peleas, muertes falsas, toma de territorios, nueva identidad, ¿ya dije peleas?.

—Eh... Escuela...

—Pero si es obvio que vas a la escuela, todos los adolescentes lo hacemos —rió—.

—Si, todos vamos a la escuela... —murmuré por lo bajo—.

—Ah, aquí viene el mesero, mejor pidamos que ya me entró el hambre

—Ah, s-sí

Creo que Hayashi-kun no se dio cuenta pero estaba incómoda, no por su presencia, sino porque tuve que mentirle.

Probablemente querría mantenerse lejos de mi al saber que estoy en una pandilla pero no quiero perder otro amigo, así que mejor no arriesgarme.

[...]

—Ese pastel estuvo rico pero ya no quiero más... ¿quieres?

—Ah, claro —le respondí—.

Hayashi sin preguntar tomó su tenedor, sacó un pedazo de su pastel y me lo dió, así que yo con toda inocencia comí el bocado directamente de su tenedor.

—Mmm, sabe rico, es dulce, ¡Oh, tiene manjar! —sonreí terminando de saborearlo—.

Cuando me había dado cuenta, Hayashi tenía un leve sonrojo en sus mejillas. Y ahí me di cuenta de lo que había hecho.