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h o w   m u c h   i   m i s s   y o u

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h o w   m u c h   i   m i s s   y o u


—¡Cassie!— oí el grito del rubio una vez que empujé la puerta con salida a la terraza. Corrí hacia él, que sostenía el helicóptero y una barra de la estructura, evitando que el ojiazul escapara. Me elevé para intentar entrar en el helicóptero que Bucky había tomado como vía de escape.

Entonces el Soldado del Invierno hizo una maniobra que me llevó a dar mi cara directo al metal, sentí un corte profundo en desde mi ojo a mi mejilla y caí un par de metros. Ví el helicóptero dar una vuelta lenta en el borde del edificio, me impulsé y llegué a un lado de mi hermano, ví como el otro atravesaba el vidrio con el fin de ahorcarlo.

—Suéltalo, Bucky— el viento me daba en la cara, dirigí mis haces azules hacia él, me miró ceñudo. Y el helicóptero cayó.

—¡No!— tomé a Steve de una mano y caí junto a ellos, el agua nos envolvió, varias veces sentí la pesada estructura golpear mi cuerpo, cuando al final, un brazo me rodeó la cintura y pude respirar.

—¿Olvidaste nadar?—

—Steve... ¿Dónde?—

—Se desmayó... debemos salir de aquí...— Tardé un rato en asimilar que éramos prófugos otra vez. Salimos del agua, y caminamos entre algunas malezas cercanas al agua.

—Cassie—

—¿Hmm?—

—Tu pierna...—

Miré hacia abajo, viendo que mi jean negro tenía un largo tajo desde el bolsillo delantero hasta la rodilla, me dí la vuelta avergonzada y cerré la tela ignorando la enorme herida sangrante. Saqué mi celular de entre mi ropa.

—Esta mierda ya no funciona...—

—¿Ibas a llamarme?—

—Samuel—

—Síganme, tengo una idea de escondite—

. . .

Jugaba con mi daga favorita frente a mí, notando las caras que el moreno ponía al verme, asustado. Alcé la vista al pelilargo, una vez que Sam toco mi hombro.

—Hey, Cap.— me levanté, algo incómoda, seca, limpia y curada, pero muy incómoda.

—Cassie... Steve...

—¿A qué Bucky me dirijo ahora?— cuestionó mi hermano. Se hizo un pequeño silencio hasta que James volvió a hablar.

—Su mamá se llamaba Sarah, utilizaba periódico en tus zapatos, a tí solía hacerte suéteres de lanilla, usabas uno diferente cada día...— dijo lo último hacia mí.

—Bueno, no lees eso en un museo—

—¿Y con eso ya somos amigos?—

—¿Qué hice ahora?—

STRONGLESS〰bucky barnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora