10- La sorpresa de Yuki.

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Hoy era el día en que las chicas y yo habíamos quedado con Yuki. Ella vino a la academia a primera hora, pero se marchó por "asuntos privados" (Dijo la profesora).
En el recreo, las chicas y yo estuvimos conversando un poco.
—Sigo pensando que quizás no es buena idea esto de la quedada con Yuki, chicas -confesó Akemi.
—Y yo sigo pensando que quizás eres un poco paranoica, Akemi. -protestó Miki- Yuki es una buena amiga, se lleva bien con todas y (ejem ejem) es tan baja y parece tan debilucha... No es como si pudiera hacernos algo.
—¡Madoka también parecía debilucha y fíjate tú! No debemos fiarnos de las apariencias.
—¡Eh! -exclamó Madoka.
—Lo siento Madoka, pero aun así...
—Estoy con Miki -intervine yo- Yuki no va a hacernos nada.
Akemi se mordió el labio y miró hacia otro lado, claramente preocupada.

Aquella tarde, a la hora de prepararme, Sakura vino a verme.
—Venía para ver si te vienes al karaoke -me informó cuando le abrí.
—Lo siento, esta tarde he quedado.
Ella entrecerró los ojos.
—¿Con quién?
—Con Furukawa Yuki, una chica nueva de nuestra clase. No te habíamos avisado, pero si quieres puedes venir.
—Ok, pero... ¿piensas ir así? -preguntó ella echando una mirada crítica a mi pijama.
—No, justo ahora lo estaba pensando. ¿Me ayudas? De paso te presto algo y te quitas esa sudadera tan raída.
Ella puso los ojos en blanco y pasó al interior.

Al final, Sakura (con una camiseta china y una falda con leggins por debajo y zapatillas altas) y yo (con un vestido blanco hasta la rodilla y unas manoletinas rosas) nos fuimos hasta el lugar de la quedada en taxi. Nos sorprendimos mucho, porque este dicho lugar era un callejón oscuro sin salida, con un olor a orina de gato insoportable.
—¡Puag!Vuestra amiga es bien rarita, ¿no? -preguntó Sakura tapándose la nariz.
—No sé que ha podido pasar -dije yo respirando por la boca- este lugar no parece típico de ella.
—Igual nos hemos equivocado... -murmuró preocupada Madoka.
—No os habéis equivocado en absoluto -interrumpió una voz a nuestras espaldas.
Nos volvimos. Era Yuki. Llevaba unos shorts dorados ceñidos y una blusa que se ajustaba sin mangas por encima del pecho con una cinta dorada, la blusa era blanca. Llevaba unos taconcitos blancos, y por encima, unos calentadores también blancos sujetos por arriba y abajo con cintas doradas, y unos calentadores exactamentes iguales en los brazos.
Akemi se transformó inmediatamente y le apuntó con un cañón.
—Eres una chica mágica -siseó- lo sabía. Y disparó.
Yuki se echó a un lado con un ademán trágico y disparó con una ballesta a Akemi, que no pudo esquivarlo a tiempo y cayó al suelo, herida y paralizada.
—¡Maldita! -exclamó Sakura, dispuesta a atacarle con toda su potencia, pero... Unas cadenas le apresaron.
—Alto ahí -dijo una voz femenina.

Encerrada en tu corazón (Puella Magi Madoka Magica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora