No Lo Hagas-4 (Draco Malfoy)

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Margaret Rosaline Shiffner, era una bruja de sangre pura, era hija única de un duque muy importante en Inglaterra, era increíblemente bella, cabello rojo abundante del mismo color que la sangre, sus ojos azules eran cristalinos y siempre parecían estar brillando, su piel era como de porcelana y era conocida por su gran inteligencia. Margaret se quedó huérfana a la edad de 17 años y al ser la única heredera, se convirtió en la duquesa, la cabeza de su familia.

Ella tomo el control de las decisiones, pero eran otros tiempos y las reglas eran claras, si quería permanecer en el poder, debía casarse con un mago sangre pura de alto rango. Aunque todos esperaban que Margaret se casará para asegurar su linaje, nadie podía negar su increíble capacidad para liderar, era inteligente, calculadora y tenaz. Pero por más buena duquesa que fuera, debía conseguir un esposo o debía renunciar a su título.

Muchos pretendientes viajaron en busca de una recompensa, ya fuera por querer tener el título o muchos otros por estar al lado de tal belleza, pero aun que Margaret era coqueta, ninguno logró interesarle lo suficiente para aceptar una propuesta de matrimonio, pero la demanda era exigente y terminó casándose con un príncipe foráneo que le ayudaría a permanecer como duquesa. Y esa fue su vida por dos años, ahora tenía 19 años y estaba casada, lo único que necesitaba era un nuevo heredero.

Pero entonces, Margaret conoció a Fitzgerald Slytherin, un brujo de alto rango pero no lo suficiente para estar con una bruja como ella, pero algo en él llamó la atención de Margaret y así empezó un amorío a escondidas, por eso Leash le gusta creer que en algún punto ambos se amaron, por que después de unos meses de estar juntos, su madre abandonó todo, su título, su esposo y su vida, para irse a vivir con Fitzgerald; fue un escandalo, pero ella estaba feliz y en poco tiempo de huir con su amado, Margaret se embarazó.

La familia de Fitz no aprobaban a Margaret, ya estaba casada y ahora iban a tener un hijo fuera de matrimonio, pero Salazar Slytherin sabía de la inteligencia y liderazgo de Margaret, por lo cual siempre la defendió. Leash pensó muchas veces en usar el apellido de su madre en lugar del de su padre, Leash Shiffner, pero su madre se lo prohibió, le dijo que ella había perdido el derecho a usar ese apellido, pero le prometió que algún día volvería a recuperar la vida que llegó a abandonar, ese momento jamás llegó.

Leash llevaba despierta desde del día anterior, había terminado de hablar con Draco y aun después de todo, el sueño no llegaba a ella, por lo cual decidió salir de su cuarto y recorrer una vez más los huecos de aquella casa, por que no quería regresar nunca más. Llevaba más de 40 minutos observando el retrato de su madre, Fred la había confundido con ella, y entendía como un desconocido a su madre podría confundirlas a las dos, pero para ella, las diferencias eran abismales.

-Me haces tanta falta- suspiró Leash tocando la pintura con cariño, como si temiera hacerle daño 

Dejo su mano caer a su lado y volteó hacía el final del pasillo, reconociendo la puerta que quedaba a su vista y camino directamente hacía ella. 

El cuarto de entrenamiento, si llegó a haber algún lugar en donde Leash estuvo más tiempo en aquella casa, fue en aquel cuarto, día y noche estaba encerrada ahí, entrenando y siendo empujada a los límites más frágiles de su estabilidad física y emocional. Era exactamente como lo recordaba, oscuro, con anchas tablas de madera en el piso, había muchas menos ventanas que en los otros cuartos y por supuesto había muchos instrumentos de entrenamiento y ataque. 

Leash había empezado su entrenamiento ahí, pero todo lo que había aprendido, había sido huyendo, peleando y sobreviviendo, no era la misma niña indefensa que se dejaba manipular, pero aún podía ver las marcas en el piso que su cuerpo llegó a dejar.

-Siempre fuiste la mejor- dijo una voz detrás de ella y tuvo que aguantar las ganas de salir corriendo en la otra dirección- Sigues sorprendiéndome- aseguró