39

2.8K 316 44
                                    

Algo estaba muy mal.

Había sido una mañana normal, o al menos tan normal como lo  podía ser en la Mansión Malfoy. Se levantaban, cumplían las órdenes que se les daban y luego eran "libres", hasta que se les volvieran a dar órdenes. 

Draco había estado evitando a Daphne desde aquella conversación que tuvieron una semana atrás. Daphne sabía, Daphne sabía que Leash iba a regresar, que ese no había sido su final, pero lo había ocultado, no había dicho nada y quería culparla, quería culparla por todo. Si él hubiera sabido esa información, él no se hubiera borrado la memoria, él no se hubiera unido a los mortífagos, no le hubiera causado tanto dolor a Astoria y no hubiera estado separado de Leash.

Pero al mismo tiempo, él no se hubiera unido a los mortífagos y hubiera sido asesinado, sin mencionar que Daphne dijo que se creía que Leash iba a regresar, no era algo que tenía asegurado y sobre todo, Draco no podía esperar que Daphne hubiera arriesgado su vida aún más de lo que ya había hecho. Aquella noche cuando ella les gritó, Draco entendió, lo entendió todo, entendió sus decisiones y sacrificios, sus mentiras y "traiciones", Daphne los estaba protegiendo y ellos la habían juzgado por cuidarlos.

No sabía que decirle, no sabía como disculparse, como arreglar las cosas,  Blaise, Astoria y Theo aún no terminaban de comprenderlo, así que no podía hablar por ellos, pero él sabía que hace mucho tiempo había prometido estar ahí para ella, pero no lo había estado.

Por ello la estuvo buscando toda la mañana, pero ahí fue cuando se dio cuenta que algo estaba muy mal. 

Era Potter, en definitiva era Potter, pero no sólo Harry estaba en su sala, de rodillas, con la cara deformada, pero a su lado estaban sus mejores amigos, Ron Weasley y Hermione Granger. ¿Qué hacían ahí? ¿Por qué estaban ahí? Se suponía que estaban con Leash, estaban a salvo, pero ahora, Bellatrix apuntaba a Harry con su varita y le exigía que lo reconocería.

-¿Entonces?- le preguntó Bellatrix de nuevo, con sus ojos orbitando en locura.

-No lo sé....- mintió Draco con temor- No estoy seguro- continuó 

Bellatrix soltó un quejido de frustración e inmediatamente volteó su vista a la chica que se mantenía a su lado

-Daphne- dijo con una dulzura falsa- ¿Es él?- preguntó con esperanza

Daphne se mantuvo seria y sólo se acercó para observar al chico, pasó sus dedos por la cicatriz deforma en la frente y Draco la miró con terror.

-No lo sé, es difícil decir- dijo ella finalmente y Draco pudo ver en sus ojos que estaba mintiendo. Daphne Greengrass seguía ahí.

-¡Inútiles!- les gritó Bellatrix molesta- ¿Como no pueden decirme si es él o no?- los cuestionó 

Draco observó a Hermione y Ron, esperando verlos aterrados, pero no, se veían, calmados, como si supieran algo que ellos no y supo que tenía que hacer algo al respecto.

-¿Por qué no voy por Zabini, Nott y Greengrass?- sugirió Draco- Tal vez podrán ayudarnos- comentó

Lestrange lo miro unos segundos, se veía que no confiaba en dejarlo ir, pero estaba desesperada en recibir una respuesta, por lo cual lo dejo ir y Daphne lo miró alejarse, quedándose ella en la escena.

Draco corrió hasta el ala posterior, la cual estaba cerrada al resto del público, donde él y sus amigos solían reunirse a escondidas y en efecto, los encontró ahí. 

-¿Qué ocurre?- preguntó Astoria en cuanto Draco cerró la puerta- Escuchamos gritos- dijo preocupada

-Harry, Ron y Hermione están aquí- dijo rápidamente y escuchó los suspiros de sorpresa- Los trajeron unos carroñeros, pero Potter tiene el rostro deformado, quieren que vayamos a reconocerlo- explicó 

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó Theo preocupado, sentía como se le estaba escapando el aire.

-No podemos dejar que sepan que es él- dijo Blaise- Tan sólo diremos que no lo reconocemos, eso les dará tiempo- sugirió 

-¿Tiempo para qué?- cuestionó Astoria- Hermione y Ron están aquí, seguro usaron un hechizo de desfiguración, se desvanecerá y sabrán que es él y mientras eso dure, torturaran a sus amigos para que digan la verdad- dijo Astoria asustada.

-¿Pero que hacemos?- preguntó Theodore- Estamos en desventaja, nosotros somos cuatro, si intentamos liberarlos nos asesinaran- contesto 

-Tenemos que intentarlo- dijo Draco frustrado- Hay algo que no cuadra aquí, debo llamar a Leash- dijo finalmente

-¿Y qué?- lo detuvo Astoria molesta- Ella no está aquí Draco, no podemos esperar a que llegué, no tenemos tiempo, ellos- señalo la puerta- no tienen tiempo- insistió

-¿Entonces que esperas Astoria?- preguntó Blaise desesperado- No podemos pelear, no ganaremos, todo esto habrá sido por nada- dijo con enojo 

Draco se talló la cara con las manos, todos tenían razón, pero debían hacer algo, esto no podía terminar así, habían pasado por un infierno y no iba a dejar que Potter terminará muerto en el piso de su sala.

-Pues que entonces valga de algo- los detuvo Draco- Tienen razón, si morimos, todo lo que hicimos se irá a la basura- asintió- Pero prefiero morir ahora- volteó a ver a Astoria- Sabiendo que mi vida valió de algo, sabiendo quien soy y por lo que lucho- le sonrió y Astoria sonrió al notar que él estaba usando palabras que ella le había dicho antes.

-Theo- lo llamó Draco- Ve a la sala, consíguenos tiempo, finge que crees que puedes reconocerlo, necesitamos tiempo- le pidió y Theo asintió con la cabeza.

-Astoria, Blaise- dijo a continuación- Necesitamos una salida, divídanse y buscan una chimenea que no esté cerrada, busquen polvos flu y cuando encuentren una, búsquenme- ordeno- Debo llamar a Leash, necesitaremos ayuda para salir de aquí, cuando haga eso iré al calabozo y liberare a Ron y Harry- aviso 

Los cuatro asintieron y se miraron una última vez antes de dividirse y arriesgarse por una causa, la causa correcta.

Draco salió del estudio, asegurándose que nadie estuviera cerca, empezó a correr por los pasillos, sacó la esmeralda de su bolsillo y la tomo entre sus dedos.

-Leash Salazar- dijo a la piedra, pero no ocurrió nada- Leash Salazar, por favor, Leash Salazar- dijo una y otra vez.

Pero la piedra jamás se ilumino, Draco comenzó a preocuparse y perdió la dirección de a donde iba.

-¡Leash Salazar!- gritó a la piedra en desesperación pero la voz que le contestó no fue desde sus manos, si no desde el final del pasillo.

-¡Draco!- gritó aquella voz tan familiar para él.

Levanto la vista de sus manos y se encontró al final del pasillo, los mismos ojos que le quitaron el aliento, cuatro años atrás en el Gran Comedor. 

No Lo Hagas-4 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora