- ¿Estás bien, mi amor?

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— Ay no, otra vez tú, — Maldijo en voz alta mientras el semáforo seguía en rojo.
Miró hacia arriba, esos ojos claros cubiertos por esas caras gafas oscuras, esa mandíbula se veía aún más prominente desde abajo.

— ¿Estás bien, conejito? — Con esa última palabra se sonrojó hasta las orejas dispuesto a tomar lo poco que le quedaba de dignidad para levantarse.

— Sí, gracias, ya me iba — Lo evitó y a sus muy hormonales pensares.
Se levantó dispuesto a dar un paso adelante, pero el hombre lo tomó del brazo y lo subió a su vehículo.



...




— Este idiota, si no fuéramos amigos ya lo hubiera reportado con la jefa — Soltó en voz baja mientras preparaba el octavo cake del día, Camilo era el encargado de esos tontos postres, hablando de él, no había llegado a su trabajo y ya estaba 2 horas tarde de su hora de llegada.

Resopló cuando vió irse a la última clienta del local, se había terminado la hora pico, cuando el lugar se llenaba a más no poder y los clientes se iban unas horas después.
Era extraño como tantas personas se ponían de acuerdo para ir al mismo sitio la misma hora, pero tampoco le preocupaba mucho.

Decidió llamarlo, bueno, por tercera vez, le preocupaba, era su amigo después de todo, lo conoció cuando estaba en su peor momento, era casi como su familia.




...


— No~ — susurraba sintiendo los sonoros besos del hombre en su cuello, — para... — Ronrroneaba en su cuello.

Thomas había llevado a Camilo a su auto, embriagandolo enseguida con su perfume caro. Lo dejó en el asiento trasero mientras conducía hasta un lugar apartado.

Aparcó el carro y miró al chico, estaba temeroso, se cambió al asiento de atrás y comenzó a darle besos lentos, en sus mejillas y labios, en sus ojos y finalmente en su cuello.

— Para ~ — Susurró siendo ignorado, su voz se rompió en algún lapso entre los besos en el cuello y la clavícula.
Su nariz se sonrojó y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

Tomó al hombre del pecho para detenerlo, este lo miró, su hermoso rostro estaba rojo y lleno de lágrimas, se veía tan lindo que lo había cautivado.

— ¿Estás bien, mi amor? — Ah, como le encanta fingir que era su amado.

— No, — Soltó llorando aun más, abrazando el cuello del hombre mientras mojaba su camisa blanca. — Estoy mu-y cansado — Lloró, Thomas se separó un poco para tomar su mandíbula y darle besos en los ojos, en la nariz y frente, justo como lo hacía con Maty.

— ¿Quieres hablar? — cuestionó mientras lo veía sorber. Negó acercándose para palpar sus labios con los propios y dejarse llevar por lo anchos que eran.













N/A

Miren, quiero que se imaginen a Thomas como un hombre americano guapo y a Camilo como un asiático joven.
Estoy buscando imágenes de como se verían más o menos, pero espero que entiendan la descripción.

Aaah sí, tamb avisar que mis actualizaciones serán los fines de semana pq el colegio me está matando y meqiieromorih.

Lxs amo ♡

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