La llamada amistad

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Camilo estaba en blanco, miraba fijamente a Kim, después de pararse en medio de la vereda para simplemente entrar en ausencia.

Tenía los ojos algo más abiertos y su semblante estaba serio.
El morocho notó aquello detuvo su marcha unos pasos adelante.

— ¿E-ella vino? — Soltó sin creerle

— Sí, preguntó por ti — Su voz sonaba algo desconfiada a la reacción ajena.
No quería sacar suposiciones ante la situación, pero le era imposible.
Relamió sus gruesos labios esperando algo más.

— Bien — Susurró antes de seguir caminando como si nada.

— ¿Es tu..? — No sabía como llamarle y tampoco pudo porque fue interrumpido

— No quiero hablar de eso — Masculló cerrando el tema.

Era demasiado misterio para Kim, el cual ama el chisme, y le estaba carcomiendo la consciencia no saber algo de la persona la cual creía conocer.

Y sabía que de alguna manera, Camilo estaba madurando.

Llevaban siendo amigos 3 años, cuando el joven había entrado a la universidad con media beca y necesitaba el dinero para pagar el resto, además de un sitio donde vivir, porque el albergue no era una opción al tener ya 18 años.

Lo recuerda entrando por las puertas de la cafetería preguntando por el puesto, y como la encargada le dejó al cuidado de Kim.
Le encontró una vivienda barata, en un sitio no tan  seguro, pero en el cual se mantenía, recuerda haberle presentado a su amigo Marcus el cual vivía por allí y de alguna forma podía cuidarlo.

Cuando le contaba que nunca había tenido pareja o relaciones sexuales, ya que estaba enfocado en sobresalir y sobrevivir en aquel pequeño mundo del que pocos salen.

Y lo vió triunfar al seguir en su carrera con buenas notas y algo más de dinero para comprar ropa y zapatos nuevos.

Estaba feliz siendo su amigo, pero también algo asustado de verle crecer.

Sin pensarlo le abrazó de cuello y río con el por su repentina acción.

— bueno, ¿y dónde estuviste todo el día? — Recién tuvo la oportunidad de preguntarle, porque después de ponerse sentimentales a un lado de la basura, le ayudó a cerrar y ofrecerse a caminar para cada uno ir por su rumbo.

— Un idiota me atropelló — Dijo obteniendo unas largas carcajadas de parte del moreno.
— Ya no te rías — Le empujó, — Ese idiota era el viejo ese — Murmuró siendo perfectamente escuchado.

— Uy, es el hombre que te gusta — Lo molestó ligeramente.

Camilo asintió.







N/a

Buenozz, he cumplido con mis actualizaciones, amikxs nos vemos el próximo finde, cuídense mucho, tomen agua, estudien y sean buenas personas.

Bezit0s ♡♡

Dany

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