Camilo estaba en un incesante dilema ante la situación de encontrarse en el auto de un millonario secuestrador que casualmente era el hombre que iba a su trabajo.
Estaba sentado en un sillón que seguramente valía más que su riñón derecho, a un lado su amigo durmiendo plácidamente.
El hombre que los trajo se fue a la cocina después de decir en voz alta.
"Seguro tienen hambre"
Solo un idiota más, pensó el chico.
Volvió con unos pedazos de masa hornados con bordes ligeramente untados de mermelada.
El lugar era enorme, y blanco, por alguna razón los millonarios están rodeados se blanco.
- ¿Nos podemos ir? - Soltó de repente Camilo
- Me gustas
- ¿Nos podemos ir?
- Mucho
- ¿Nos podemos ir? Deje de bromear.
Nisiquiera lo conozco
- Eso no es importante, yo te conozco muy bien.
- Muy gracioso - Empezó a mover a su amigo
- Bueno, gracias por todo, ya nos vamos.
Tomó el pie de Marcus y lo empezó a arrastrar a la salida.
- Vuelve cuando quieras, cariño.
- ¡No te conozco! Y deja de ir a la cafetería, adiós.
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¡Mesero!
RomanceCamilo un estudiante, empleado y huérfano chico que debe lidiar con sus cuentas el mismo se mete en un lío al tener que pagar su universidad, tiene a un hombre interesado en el con mucho dinero, ¿dejarse conquistar? ¿Qué tan difícil puede ser? ■Ep...
