puta madre emiliano

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Pov Camilo

Puta madre emiliano, ¿a qué no adivinan a quien arrastraron a una discoteca en otro maldito estado?
¿Alguna idea? YO.

Es una mierda, el lunes tengo un puñetero exámen y nisiquiera recuerdo el nombre de esta discoteca, solo sé que estoy putadamente alcoholizado, que tengo a un chico frotándose con mis bolas y a mi queridísimo amigo Kim viendo si algún viejo nos invita tragos.

No conozco al chico, pero debo admitir que se mueve muy bien.

Narradora omnisciente

Camilo bailaba y movía sus caderas con un vaivén impresionante mientras su amigo lo miraba desde la mesa de alcohol, el chico estaba bastante arrepentido de haberse confundido de transporte y haber terminado en aquella situación solo un poco.

De un momento a otro Kim notó que su amigo había desaparecido de donde se encontraba y por él estar medianamente sobrio, lo buscó con la mirada al principio, pero después tuvo que levantarse de su asiento para encaminarse alrededor de la pista de baile.

No contaba con que Camilo estaba encerrado en un cubículo vomitando, después de mencionar a su compañero de baile que estaba a punto de hacerlo este lo llevó al baño.

- ¡Quiero L-loraaaar! - La voz rota y desesperada de Camilo espantaron am chico a su lado.

- Tranquilo - Apaciguó mientras sentado en el piso del baño acariciaba el cabello de un ebrio muchacho que tenía la cabeza en el escusado.

- ¡FUI DEJAAD-DO... este, ¿Tú nombre? - Levantó lo cabeza y lo miró con curiosidad

- Levi, mi nombre es Levi - Se mantuvo calmado para controlar al otro. - Vomita porfavor, estos baños huelen a mierda

- Escushame, Levi - Alzó sus manos y formó unas comillas, - UN hoMBre ME USó, ME pagó y ¡ME DEJÓ! - Volvió a agachar su cabeza mientras lloraba.

- Es lo típico, amigo, el amor gay no existe. Además de ser más complicado que los heteros. - Camilo susurraba el nombre de Thomas en voz baja mientras el chico hablaba y acariciaba su nuca.

- Ere-es m-muy bo-nito para que... te dejen - Camilo alzó su mirada y tomó la mandíbula de Levi para que lo escuchase - ¿Me dejas darte un besi-sito? - Los labios del chico tiernamente formaban un puchero al soltar las palabras hacia el desconocido.

- Bien - aceptó Levi sintiendo la cercanía de la boca de Camilo y como caía sobre él por lo ebrio que estaba. Sus labios nisiquiera se tocaron cuando Camilo miró hacia abajo y vomitó todo el alcohol que le había dado Kim.

La cara del extraño era una pintura renacentista.

- Perdón - finalizó el apenado chico.

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