No more virgen

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— Dios, ya nisiquiera quiero salir con ese — Comentó para sí mismo Levi, mientras esperaba el ascensor.

Al llegar al lobby el chico estaba exactamente donde lo dejó, pero hablando por teléfono con el ceño fruncido, al notar su presencia colgó rápidamente.

— ¿Listo para nuestra cita? — El opuesto asintió algo nervioso. Su conversación lo había dejado con los pelos de punta, estúpida Antonia y sus ganas a fuerza de formar una familia.

Caminaron por las calles de la ciudad, en esa zona donde había policías en cada calle y gente que te juzgaba si no llevabas calzado versace original.
Un montón de clasistas.

Levi tenía a Thomas en mente, odiaba no ser el chico que él quería, ¿que tenía Camilo que él no?
Acaso era ese pelo azabache, el suyo era un poco más lacio y oscuro, pero que tenía que ver, seguro el querer rescatarlo de su pobre vida.

Suspiró frustrado siendo notado por el otro.

— ¿Te sientes bien? — Seguramente era ese temperamento maternal.

— Si, si, si, gracias — Se acomodó el pelo detrás de una oreja.

Esa cita se estaba yendo a la mierda, debía poner iniciativa o terminarían tirándole piedras al río.

— Vamos a comer algo, ¿Quieres? Yo invito — El azabache asintió, simplemente quería terminar con aquella salida, ni le interesaba el muchacho, sucedía que borracho se quería tirar hasta una escoba y no contaba realmente como atracción.

Después de escasos minutos caminando, ambos pelinegros entraron en un restaurante con iluminación verde, parecía más un bar.

Camilo notaba a Levi incómodo, lo venía mirando durante todo el camino, quizá notando cada detalle, tenía múltiples aretes en las orejas, un mullet que resaltaba sus facciones, más joyería de plata, se preguntaba quién era el, que hacía en su tiempo libre. Y se agradeció haber dejado de lado el tema de Antonia.

— ¿Trabajas? — Levi volvió a la tierra y lo miró alzando una ceja.

— No sabría cómo describirlo — Saboreó las palabras en su boca mirando al otro.
— Digamos que me mantienen, no necesito trabajar

— Ah ya sé, eres como un acompañante

— ¿Qué? ¡No! Bueno, no lo sé, nunca lo había pensado de esa forma. — Dubitativo

— ¿Y tienes a quien acompañar ahora? — Tal vez Camilo no lo notaba, pero estaba siendo un coqueto con el chico y pensaba que era amable.

— ¿Quieres coger conmigo acaso?

— ¿¡Qué!? No, no, no, solo preguntaba — Se puso tan nervioso que su cara ya rayaba en lo carmín.

— Aww, ¿entonces no soy lindo? — Hizo un puchero mirando con ojos de borrego al de pelo más corto.

— No me refería a eso, si eres lindo, muy lindo, pero no quería incomodarte — Explicó jugando con sus manos

— ¿Eres Virgen? — Más que pregunta era deducción. Camilo agachó la cabeza cómicamente y asintió.
Levi río, el chico no era malo, por dentro se lamentaba, ya entendía que le gustaba a Thomas.
— Eres demasiado lindo, ¿no quieres debutar conmigo? Digo, tengo experiencia y puedo hacer el rol que quieras — Hizo una pausa para pedirle al mesero algunos shots de tequila.

Camilo sentía su cara arder, ¿sería una buena oportunidad? Tal vez así conseguiría experiencia para hacerlo con el hombre que realmente le gusta.

— Y, ¿Qué dices? — Se sorprendió cuando lo vió asentir con una sonrisa. Sin dudarlo se abalanzó a robarle un beso en la mejilla.

"Kim, voy a debutar, espero estés orgulloso de mi"

















Sabemos que la virginidad es una construcción social, sin embargo es una manera de expresar también, además pierde su significado original al usarlo con hombres.

- Dany

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