¡Mesero!

- Esa fue la pregunta más innecesaria que me han hecho

Las desnudas manos del chico tocaron el chocolate que se dispersaba a lo largo de la fuente como si de un manantial se tratase.

Se quejó al tocar el liquido caliente, pero enseguida metió un dedo en su propia boca sin quitar los ojos de Thomas.

Ahora puso dos dedos en la fuente y lentamente regó las gotas del dulce sobre su pecho, bajó un poco su body para que entraran en su pecho.

- Ugh... - Gimió al sentir las calientes gotas en él.

- Oh sí, lo haces muy bien - Elogió el hombre al joven mientras lamía sus labios y tensaba el cuello.

- Ponte más, deja que yo te limpie.

Camilo soltó una sonrisa y tomó más chocolate para acariciar su cuello con suavidad y ensuciar todo él con el líquido.

Ahora tomaba más dulce con la palma de su mano y la ponía en sus labios, soltando jadeos para provocar a Thomas, este ya había caído totalmente en los encantos de Thomas.

- No eras gay, y te comportas como puta por un poco de dinero. - Camilo se encendió con dichas palabras tan reales.

Se agachó y gateó hacia Thomas.

- Oh señor, por usted sería gay, puta y todo lo que me pida - El hombre frunció el seño al sentir las manos del joven llegar a su pantalón.

- Hasta sería un conejito como ahora - Desabrochó el pantalón y se dispuso a sacar el miembro de sus boxers.
Era grande, pero a Camilo parecía gustarle.

Alargó la mano hacia atrás y tomó dulce, regando gotas por el piso, hasta que llegó al sitio que quería, lo puso en el falo de Thomas, disfrutando como este se retorcía por el calor y ahora por la lengua del jovencito.

- ¿Te gusta? - Cuestionó con el pene en su boca y palabras calientes saliendo de su garganta, Thomas se mordió el labio y sonrió.

- Esa fue la pregunta más innecesaria que me han hecho