Rio Ono nunca se tomó en serio su atracción por Chifuyu, para ella solo era el chico que raramente asistía a clases y se sentaba junto a la ventana a leer manga. Mirarlo a la distancia era suficiente para ella.
Para Chifuyu Matsuno, Rio solo era la...
n/a: gracias por el apoyo que ha recibido el fanfic, aunque seamos poquitos me hace muy feliz <3.
[Rio]
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Al siguiente día Chifuyu no apareció, nunca me había sentido tan aburrida en la escuela. Me pasé el día hablando con Hanae sobre nuestras bandas favoritas y cosas vagas, mañana empezaban los exámenes y no tenía ganas de pensar en eso, no me sentía tan preparada como lo esperaba. Al finalizar las clases me despedí de Hanae y caminé a mi casa, usualmente vamos juntas pero hoy ella tenía club de atletismo. Caminé lentamente, no tenía apuro en llegar a casa, hoy no debía atender la tienda y tendría que dedicarme toda la noche a estudiar, el solo pensarlo me ponía de mal humor.
En el camino me detuve ante una máquina expendedora y miré las bebidas. Estaba decidiéndome por una cuando una voz a mis espaldas me hizo darme vuelta.
—Yo quiero un té verde, por favor —Chifuyu me sonreía con las manos en los bolsillos de sus pantalones anchos, llevaba el cabello despeinado como era usual y un suéter. Me sorprendí al verlo, él rio y se adelantó hacia la máquina —. ¿Cuál quieres tú? —me preguntó mientras depositaba dos monedas en la máquina, me quedé mirándolo sin saber que responder —. ¿Nada? —me miró —, tienes cara de que te gusta el té helado —eligió las dos bebidas sin esperar respuesta y me ofreció la que había elegido para mí.
—Gracias —titubee mientras la recibía. De inmediato me sonrojé y comencé a buscar dinero en mis bolsillos —. Aquí tienes —le ofrecí la moneda. Él rio.
—Te estoy invitando —me dijo.
Asentí avergonzada y abrí la botella tratando de evadir su mirada. ¿Qué hacia aquí y por qué me compraba algo?, toda esta situación era demasiado confusa.
—Necesito hablar contigo —dijo como si leyera mi mente. Lo miré interesada —. Quería pedirte un favor —miró hacia otro lado y se puso las manos tras la nuca mientras se mordía el labio.
Está tratando de sobornarme, pensé —. ¿Qué necesitas? —lo miré seria mientras bebía mi té. Me miró algo asombrado por mi cambio de actitud.
—Me avergüenza —dijo mirando hacia abajo mientras jugaba con sus pies —, pero quería saber si puedo copiar tus exámenes, quizá te sorprenda pero casi siempre lo hago, pensé que sería más educado pedírtelo.
Solté una fuerte carcajada, Chifuyu me miró asombrado —. ¿De verdad crees que no sabía? —seguí riendo —. Claro que lo sabía, eres demasiado obvio.
—¿Entonces por qué no me reclamaste? —me preguntó algo incrédulo.
Volví a tomar un poco de té para calmarme y lo miré —. No lo sé, supongo que es porque das un poco de miedo —admití algo avergonzada. Su semblante cambió, me miró sonriendo —. ¿Te pone feliz eso? —pregunté incrédula.
