20 de diciembre, 2017.
—Cara de culo.
—Nyoko —el ahora pelinegro suspiró frustrado —. Ya es la tercera vez, te dije que no debes decirme así.
La pequeña soltó una risita traviesa mientras balanceaba sus pies que colgaban del mostrador. Chifuyu no pudo evitar reír con ella, le revolvió el cabello con cariño mientras volvía a fijar su atención en el libro del inventario que tenía frente a él.
La campanilla de la tienda sonó, dejando entrar a una agitada Rio con las mejillas coloradas.
—¡Hola, cariño! —se dirigió a la pequeña, quien se paró en el mostrador para darle un gran abrazo —. ¿Cómo te portaste?
—Bien —contestó con una sonrisa traviesa mientras miraba a Chifuyu, quien negó divertido con la cabeza.
—Le diré a Kuta que sigues incentivándola a que me ponga apodos raros —se dirigió a Rio mientras le alzaba las cejas.
—¿Yo? —la aludida se llevó una mano al pecho, fingiendo impresión —. ¿Yo te enseñé eso, Nyo? —la pequeña castaña negó entre risas —, ¿verdad que fue el tío Fuyu? —le preguntó mientras asentía con la cabeza, Nyoko la imitó.
—Genial, ahora son dos contra mí —musitó el pelinegro, provocando risas en ambas.
—Cielo, ¿por qué no vas a molestar a Kazutora? —Rio se dirigió a la pequeña, quien la miraba con sus grandes ojos cafés—. Debe estar durmiendo en la bodega.
Nyoko asintió animada mientras su tía la ayudaba a bajar del mostrador, la pequeña se fue corriendo en dirección a la bodega de la tienda.
Rio tomó el rostro de Chifuyu entre sus manos y le dio un fugaz beso en los labios, provocando una sonrisa instantánea en el ojiazul.
—¿Qué tal tu día, amor? —le preguntó mirándola embobado.
Suspiró cansada y se recostó en el mostrador —. Horrible, no recordaba que los adolescentes podían ser tan crueles.
Chifuyu acarició su cabello corto con cariño mientras la oía quejarse de que dos alumnas se habían peleado hoy. Su novia ahora era la entrenadora del equipo de natación femenino de su antiguo instituto, mientras que él dirigía una tienda de mascotas junto a Kazutora.
Muchas cosas habían cambiado en diez años: Takemichi y Hina se habían casado; Draken y Emma estaban esperando su primer bebé; Mitsuya tenía un famoso taller de costura; Hanae viajaba por el mundo junto a su novia y Mikey daba clases de karate para niños en la antigua casa de su abuelo, quien ya había fallecido.
—Oigan, Nyo me puso un apodo muy gracioso —ambos se voltearon al escuchar la voz alegre de Kazutora, quien venía de la mano con la pequeña—. ¿Tu se los enseñas? —le preguntó a Rio al llegar a su lado, esta asintió orgullosa. Kazutora y ella chocaron los cinco ante la mirada reprochadora de Chifuyu.
—Me alegra que alguien valore mi trabajo —dijo con una sonrisa mientras miraba a Chifuyu de forma acusadora, el rubio negó con la cabeza con gesto cansado.
—Oye, ¿no se te hace tarde? —Kazutora se dirigió a Chifuyu con el ceño ligeramente fruncido, quien se sonrojó nervioso.
—¿Tarde para que? —Rio lo miró curiosa, Kazutora hizo una mueca al darse cuenta de que la había cagado.
—Es que Chifuyu hoy saldría antes —explicó torpemente —. Cambiamos los turnos —, el ojiazul asintió ante la mirada indagatoria de Rio —, ¿Kuta pasará por Nyoko aquí verdad? —preguntó, ella asintió —. Ya debería estar por llegar, ustedes váyanse.
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layitdown - chifuyu matsuno fanfic
FanfictionRio Ono nunca se tomó en serio su atracción por Chifuyu, para ella solo era el chico que raramente asistía a clases y se sentaba junto a la ventana a leer manga. Mirarlo a la distancia era suficiente para ella. Para Chifuyu Matsuno, Rio solo era la...