La semana había pasado rápido. Más de lo habitual y estaba agradecida por ello. Lo único que tenía planeado hoy era seguir tumbada en la cama y ver cómo pasaba el tiempo e ignorar todas mis responsabilidades como de costumbre.
Posponer las alarmas no es una buena idea, después de una hora, me desperté gracias a mi tía con sus gritos porque me había quedado dormida otra vez.
Pero según ella no son gritos, solo eleva la voz para que le escuche bien.
—¿Por qué eres así?—dije mientras cubría mi cara con las sábanas.
—¿Sabes qué hora es?—dijo mientras abría las cortinas y me quitaba la almohada—. Son las doce. Levántate ya.
—¡Es sábado por dios! Ten piedad y déjame cinco minutos mas porfavor—obviamente no pude seguir negociando y tenía todas las de perder. Carol me recordó que le había prometido ir a hacer la compra, así que no me queda más remedio que ir y tampoco me apetecía seguir escuchando sus discursos matutinos de cómo debería gestionar mi tiempo.
—...Pan, leche, huevos, harina... ah pero trae la integral—quince minutos llevaba haciendo la lista y aún tenía cosas que añadir.
—Eres consciente de que todo eso no me cabe en las manos, son como seis bolsas, y ¿por qué necesitas tanto papel higiénico?
—No es para tanto, a tu edad...
—Si, si... Seguramente arrastrabas tractores con un solo brazo—la interrumpí antes de que terminara, ya sabía que iba a decir.
—Si me lo hubiera propuesto hubiera construido una casa yo sola—exagerada es su segundo nombre—. Ya he terminado. Gracias por tu paciencia.
A la vuelta del super pasé a ver a Ellie. Hoy le tocaba a ella estar a cargo de la pastelería y mejor no menciono el chantaje emocional que me hizo para hacerle compañía.
—¡Buenos días!—chile desde la puerta para que me escuchara.
—¿Puedes bajar la voz? Solo somos pocos y ¿qué es eso de buenos días? Son las una de la tarde—Me riñó mientras dejaba las bolsas encima de una mesa.
—Es que me alegro de verte—dije haciendo un puchero.
Mientras me acercaba a ella vi que estaba atendiendo a un chico y se me hacía muy conocido.
A ti todo el mundo se te hace conocido.
Ah ya sé quién es.
—Aquí tienes tú brownie Tom—dijo mi amiga confirmando mis sospechas.
—Gracias Ellie—dijo dedicándole una sonrisa. ¡AY! su sonrisa.
Espabila Cait.
—Hola Tom, no te había reconocido.
Serás embustera.
—Buenas tardes Caitlin—dijo haciendo énfasis en "tardes"
—¿Os habéis puesto los dos de acuerdo o qué?—los miré mal a ambos.
—Venga no te piques, si no es la primera vez—Contestó Ellie aguantando la risa.
Estuvimos un rato hablando de cosas varias y las próximas vacaciones. Pero al recordarlo, nos deprimimos, no había mucho que hacer si a los profesores les daba por poner exámenes a la vuelta. Que desgraciados.
Antes de poder cambiar de tema, sonó mi teléfono. Número desconocido.
—¿Si?—Contesté dudando.
—Caitlin, llevo todo el día esperándote. Literalmente me has dejado plantado—No podía ser verdad. Mi amiga y Tom me miraron preocupados mientras yo intentaba arrancarme los pelos—. Me has roto el corazón ¡auch!
—No sabes cuanto lo siento agente—dije rápido—. Me quedé dormida... y luego me fui a hacer unos recados y me he entretenido por el cami....¡Ah! soy un desast...
—¿Puedes parar y respirar? te escucho alterada—hizo una pausa para hablar con alguién más—.Te espero esta tarde a las seis no te preocupes—antes de que pudiera responder colgó.
—No me digas que la cita que tenías en comisaría era hoy—dijo Ellie acercándose a mí—. Amiga mía, tienes un problema, bueno en realidad tienes dos.
—¿Cuál es el otro?
—La compra no se la has llevado a tu tía querida—dijo señalando las bolsas y los tres nos giramos.
—Ahora que lo veo mejor, tienes muchos problemas—la mire con cara de cansada y esperándome lo peor—. ¿Llevas congelados?
—Si, ¿Por qué?—antes de que pudiera terminar se me iluminó la bombilla.
—Exacto. Por favor ve a casa ya y esta tarde te llevo a comisaría—me dió un abrazo y volvió al mostrador.
—¿Puedo acompañarte?—Preguntó Tom—. Voy por el mismo camino.
¡SI! Calmate que pareces una psicopata.
—Claro.
Se ofreció a llevar las bolas y me dejó con la de los mejillones y el papel higiénico. Una no es ridícula si no nace con ello.
—¿Es algo serio lo de la poli?—rompió el silencio.
—Ah, no te preocupes, supongo que me contaran cómo va la investigación.
—Espero que así sea—me dijo dedicándome una sonrisa.
No te desmayes, no te desmayes...
—Una cosa—dijo parándose en frente de mi puerta—. Cualquier cosa que necesites avisame, te ayudaré en lo que sea.
No esperaba que me dijera eso la verdad. Hace tiempo que nos conocemos, pero nunca hemos sido tan cercanos como en este último año.
—Gracias por preocuparte en serio—dije mientras tocaba el timbre—. Lo tendré en cuenta.
Mi tía abrió la puerta y justo Tom ya se había ido.
—Tardas un poco más y ya me pongo a preparar la cena—siempre tan sarcástica—. Ese chico me suena, ¿quién es?
—Es un amigo. No creo que lo conozcas, vive en la otra punta de la ciudad y que yo sepa nunca has ido a la universidad donde lo hayas podido ver.
—Pues no se que tendrá que se me hace muy familiar—se quedó mirando embobada la bolsa y sacudí la mano enfrente suya a ver si reaccionaba. Y efectivamente, luego recordó mi despiste y me echo la bronca sobre los congelados.
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Hola hola holaaa. Ha pasado un tiempo desde la última vez (un tiempo bastante largo I know) fue debido a los examenes pero ya estan terminados. Volvemos con más energia que nunca. Un saludo🥰
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Caitlin Johnson
ActionLas palabras de su madre quedaran grabadas en el fondo de su ser después de aquella trágica noche. "-Jamás olvides que te amamos Caitlin. Y ahora corre y mantente a salvo." Caitlin ha pasado toda su infancia y adolescencia intentando averiguar qué...