Capítulo 28

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"No todo lo que parece es, no todo lo que es parece." -José Saramago


Vernos de frente otra vez solo hacía que se me removieran las tripas, estaba cansada de todos los problemas que estaba causando y cansada de yo perder el control con el.

—¿Vas a decir algo o solo vienes a verme?—Me encantaría entrar y no sé, estamparlo contra los barrotes.

—¿Es verdad lo que dijiste ayer?

—Al grano como siempre-respondió cortante.

—No sé qué quieres que te diga—odio esto—. ¿Qué tal has dormido? ¿Cómo te ha ido el día? ¿Tienes planes para esta noche Tom? Ah, perdón. Adrian.

Su cara de burla cambió a una más seria. Eso era lo que quería, que se le quitara esa sonrisa de la cara de una vez.

—Directa y graciosa, como siempre me has gustado—definitivamente este no está bien de la cabeza y yo menos por seguirle el rollo. Me quedé en silencio hasta que volvió a hablar.

—Si lo sé, él también lo sabe. Lo escuché hablar con mi padre—explicó.

—¿Y por eso decidiste delatarlo?

—Quería hacerle daño, por no ayudar a mi padre. El nos prometió que esto no nos iba a salpicar, pero ahora ya me da igual.

—Y claro, no te importaba a quién llevarías por delante ¿no?—dije inconscientemente—. No sé qué es lo que tienes con él, pero lo minimo que podrias haber hecho era tener en cuenta que ibas a causar al revelar eso. No solo le has jodido a él, a mi familia también y ellos a ti no te han hecho nada.

—Bueno, son daños colaterales—su nivel de cinismo es enorme—. Pero bueno, ahora el seguro se habrá huido del país pero el golpe ya se lo he dado.

—¿Y cuál es tu plan? porque te esperan unos cuantos largos años de cárcel.

—Adivina—soltó—. Nada, no voy a hacer nada por muy raro que te parezca.

No me creo que esté tan tranquilo sabiendo que va a enfrentar sus cargos, me gustaría creer que hasta aquí llego pero no me fio de él ni un pelo. Haré que creo lo que dice , y estaré al pendiente de lo que diga o haga hasta su juicio. Creo que así podríamos evitar futuros problemas ¿no?

Volví al despacho sin responderle a eso último, y tal como los deje antes de salir, aún parece que ha pasado un huracán en ese despacho.

—Listo—comuniqué sentándome en una de las sillas que había enfrente del escritorio.

—¿Te has sacado de dudas?—preguntó Jully.

—Lo que sé es que lo ha hecho por venganza a Matís, y no miente.

—Bueno, eso aún no lo sabemos. Habrá que hacer pruebas de ADN cuando a trapemos a Robert—comentó Arón.

—No miente, lo sé porque lo vi en sus ojos. Ese tipo está lleno de rabia por culpa de él y también le vi la cara a Matís el día de la fiesta—era una cara de susto más bien—. si algo se me da bien, es leer a la gente.

—Bien, pues hasta confirmarlo necesito que escribas la declaración por favor—suplico Juliette, así que accedí y salí a escribirlo.

Media hora intentando cuadrar todo en mi cabeza, parecía que estuviera escribiendo una novela de acción. Ahora me siento mejor que esta mañana, plasmar todo el nudo que había en mi cabeza en esa hoja me estaba ayudando a entender todo, y lo que me va a hacer estar en paz va a ser hablar con mi padre sobre esto.

No estaba segura de que esto estuviera bien hecho, me resultaba difícil hasta leerlo pero aquí son profesionales, deberías saber cómo traducir estos garabatos. Aunque he de confesar que tener una letra  bonita no es lo mío, y recuerdo haber batallado mucho contra eso a lo largo de mi adolescencia pero llegó el momento de ir a la universidad y di gracias a que la mayor parte de las cosas se hacían a ordenador.

Caitlin JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora