Capítulo 18

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Ya era fin de semana y estuve dando clases online para poder recuperarme. En otras palabras, mi tía insistió bastante y tampoco es que me quejara porque dar clases en pijama no estaba nada mal. Mañana sería el día que me encontraría con Matís, esta vez será en la cafetería que hay cerca de la universidad. Extraño sitio para encontrarme con el líder de la mafia pero al menos habrá gente alrededor.

—¿Estás despierta Cait?—preguntó mi tía desde la planta de abajo—Si lo estás baja ya que te quedas sin café.

Obviamente bajé corriendo, quedarme sin café sería muy trágico para mi persona y no estoy exagerando.

—Nada más decirte algo sobre el café y ya estás aquí en medio segundo—dijo mientras me miraba mal-. A ver si eres igual en otras cosas.

—No se a que te refieres—declaré sirviendo una taza.

—En fin, ¿mañana irás a clase?

—Si, ya he perdido clases prácticas esta semana, y el guiones seguro que me baja la nota.

—Deja de decirle así—me regañó.

—El Chema me va a bajar la nota—volví a decirle—. ¿Así mejor?

—No voy a comentar—dijo Carol—. ¿Vas a ver a Tom?

—Sí, ¿necesitas algo de la tienda o otra cosa?

—No, pero ve con cuidado-advirtió.

Le di un abrazo y cogí mi chaqueta para salir. Tom y yo habíamos quedado para dar un paseo por la playa y después de una semana sin verle, la verdad es que le echaba de menos.

—Hola cariño—dijo y me dió un beso—. ¿Cómo te sientes?

—Hola, muy bien ahora que te veo.

—Uy hoy vienes muy romántica.

Estuvimos toda la tarde paseando y charlando, típico de las parejas y a decir verdad Tom me gusta cada día más. Desde que le conocí he sentido una atracción hacía el, me gusta su forma de hablar, su forma de pensar y la manera en la que trata a la gente e incluso podría decir que me estoy enamorando de él.

—¿En qué piensas?—preguntó sacándome de mis pensamientos.

—En nada—dije rápido—. Por cierto ¿tu madre está bien? Es que me la encontré ayer en el super y parecía cansada.

—Sí, sí está bien. Ayer fue a sacarse sangre para una analítica y le sentó mal.

—Bueno pues que descanse mucho. ¿Quieres un helado?—dije entusiasmada.

—Hace frío ¿no?

—preguntó sereno—. ¿No prefieres ir a mi casa y te hago un té o chocolate caliente?

—Frío lleva haciendo todo el invierno jaja, pero si vamos—dije nerviosa—. ¿Pero no vamos a molestar a tu madre y hermana?

—No te preocupes, ellas se han ido el fin de semana a una casa en el campo, llegarán mañana.

—Ah, bien entonces.

A la vuelta fuimos andando ya que su casa no estaba tan lejos de donde estábamos y en el camino compramos unas pizzas para cenar. Era agradable la tarde que habíamos pasado, pero algo no me dejaba estar tranquila y como no era un buen momento para estar pendiente a cosas que no voy a resolver ahora. Una vez en casa estuvimos preparando las cosas para cenar y haciéndonos reír el uno al otro con chistes e historias.

—Estaría bien que algún fin de semana nos fuéramos por ahí—dijo de repente.

—¿A dónde?

Caitlin JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora