Capítulo 26

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"Las conversaciones son siempre peligrosas si se tiene algo que ocultar."

-Agatha Christie


No se cuanto tiempo estuve inconsciente pero ahora mismo no escuchaba nada, tampoco recuerdo desde cuando tenía los ojos vendados, no escuchaba ruidos y mucho menos en que lugar me encontraba. Maldito cabrón. No esperaba que hiciera esto, porque tampoco pensaba que estaba tan loco. A saber cuánto tiempo ha pasado seguro que ya es de noche porque me está entrando hambre.

Increíblemente estaba tranquila, nunca pensé que en un secuestro me sentiría así, ¿debería estar asustada y llorando?, no sé, pero ya me estaba empezando a cansar. Justo entonces se abrió una puerta, al menos puedo deducir que estoy en un cuarto.

—Ah ya estas despierta, que bien—esa voz ya la conocía—. ¿Cómo has dormido?

¿Se está haciendo el gracioso? Se me da bien jugar a ese juego.

—Pues me duele un poco el cuellos—solté sarcásticamente—. Pero, es lo que tiene dormir sentado.

Se empezó a reír, no sabía que era tan graciosa. Ganas no me faltaba de estamparle la silla a la cabeza, pero en mis condiciones va a ser imposible.

—Qué graciosa, como siempre—declaró—. ¿Has pensado en ser comediante?

—Si, soy una payasa—dije con una sonrisa falsa—. Deberías verme en un circo.

Rápidamente cambié mi expresión, no quería seguir alargando esto y supongo que él tampoco.

—¿Por qué has montado todo esto?—pregunté seria.

—Vaya, vas al grano eh—se levantó y me quitó la venda de los ojos.

Efectivamente, estaba en una habitación pero no como la imaginaba escalofriante, oscura y tenebrosa. Supongo que he visto muchas películas. Era todo lo contrario. Había una cama, un escritorio, plantas... la verdad que muy elegante todo.

—Supongo que no esperabas estar en un sitio así—este tío ¿también lee mentes?—. Te voy a explicar brevemente cual es la situación aquí. Tengo una información muy valiosa que seguro que te encantará saber...

—Al grano porfavor—solté interrumpiendolo—. Por cierto, ¿dónde estoy?

—Ah, en casa de Robert—¡¿qué?!—. Pero él aún no lo sabe así que no te preocupes, no está aquí.

—No me preocupo por él, más bien por el psicópata que me ha traído hasta aquí—de todo el tiempo que salí con él no me había dado cuenta lo cínico que era. Supongo que el amor es ciego.

—Hay varias cosas que tengo que hacer y tú eres un bache en mi camino, así que para matar dos pájaros de un tiro te necesito aquí—explicó—. Hay una cena muy importante a la que van gente importante y los miembros de alto cargo de la mafia.

—¿Y qué pinto yo ahí?—no me gustaba por donde estaba yendo esta conversación.

—Espera, no seas tan impaciente—comentó—. La policía se ha enterado de eso, y por obvias razones están ahí. Quiero que tú me digas quiénes son los posibles agentes que aparecerán. Ya sabes, para ahorrar problemas.

No me jodas.

El único equipo de operaciones que conozco es el de Arón y no puedo delatarlos por supuesto. Esta sería una buena oportunidad para atrapar a Matís y a su gente incluido Adrián pero no se me ocurre ninguna otra opción para salir de aquí. Dudo que eso sea posible.

Caitlin JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora