Capítulo 25

14 1 0
                                    




Para ser la primera vez que me desahogo de esta manera, me he sentido genial. No se que iba a pasar a partir de ahora y tampoco quiero pensarlo mucho, tenemos a Adrián y espero que pronto podamos atrapar a su padre y más adelante acabar con el caso.

Marta y su madre estaban con el nuevo comisario donde le están tomando declaración y Arón fue con un compañero suyo a tomar los datos al arrestado. Hace media hora de eso y aún sigo esperando. Y para ser sincera no sé qué hago aquí.

—¿Otra vez aquí?—dijo una voz detrás de mí y yo me giré en mi asiento.

—¿Fue parte de la instrucción a los agentes tomar desprevenidos a las personas?—pregunté seriamente pero Juliette pasó del tema.

—¿En qué lío te has metido ahora?—no se porque, pero eso me ofendía.

—En ninguno—la fulminé con la mirada—. No se que imagen tienes de mi.

—Supongo que es la costumbre—soltó sentándose a mi lado—. Me han dicho que has arrestado a Adrian López, sin ser agente de policía. Eso es genial, ¿Qué se siente?

—Ja, ja, ja. Me siento bien—dije cruzando los brazos—. Ni siquiera me duele ya, creo que lo que sentía por él era nada más que una ilusión y que necesitaba el afecto de alguien.

—Bueno, el primer paso para sanar es saber que nos lo impide—aseguró dándome una palmada.

—Se que parece egoísta, tengo a gente que me quiere, pero supongo que no lo sube ver...

—No pasa nada, el primer amor nos hace ver y hacer cosas estúpidas—las dos reímos a la vez y sinceramente me alegra haberla conocido—. Te volverás a enamorar e incluso me atrevería a decir que de alguien muy cercano.

¿Cómo? antes de pensar en esto último, el detective junto a su compañero salieron y no parecían muy contentos. Jully en el momento se levantó del tirón. Supongo que al conocerse desde hace tiempo sabe que caras son las de preocupación. Me esperaba lo peor, pero intenté contener las ansias de saber que pasaba, o al menos hasta que nos cuenten ellos las novedades.

—¿Qué ha pasado?—intervino Juliette rápidamente.

—Adrián no colabora, no tenemos pruebas contra él por lo que no podemos detenerlo—soltó el agente que venía con Arón y él se veía bastante mal—. Mañana lo soltarán y dudo que hasta entonces encontremos una muestra.

Los tres nos callamos ya que no había nada más que hacer. Sumidos en un silencio nos fuimos cada uno por su parte, yo cogí y volví a casa antes de que se hiciera demasiado tarde. Parece ser que  seguimos igual que al principio y empecé a dudar incluso si era posible acabar con esto algún día, pero como no puedo quedarme quieta, lo mejor será que tome esto por mis manos e intentar conseguir algo que podamos usar. Se que nadie estará de acuerdo pero tengo que encontrar al comisario López y hablar con él.
Bueno  excomisario.

Al llegar a casa vi que las luces estaban apagadas, ¿habrán salido? pero no me han avisado. Entre y evidentemente lo que pensaba, no había nadie y lo peor es que habían dejado la luz del jardín encendida. Me acerqué con la intención de apagarla y así llamar a mi padre para saber dónde estaban, pero antes de eso escuché la voz de Carol y la de mi padre en el jardín.

—No sé si será lo mejor—comentó mi tía—. Hemos dejado que esto se prolongue demasiado tiempo.

—Lo sé, pero no pensé que pasaría esto y es complicado ahora hablar con él—mi padre tenía la voz quebrada, no sé de qué están hablando pero parecía un tema sensible.

—¿Y qué vas a hacer?—preguntó preocupada Carol—. Tampoco veo como solución que le digas a la policía que Matís tiene una hija.

¡¿CÓMO?! Me esperaba cualquier cosa, pero esto...

Caitlin JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora