Capítulo 10

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Ya había pasado una semana y era viernes, hoy el profesor de derecho penal no vino a clase por lo que nos fuimos una hora antes. Tampoco es que viniera muy seguido, pero lo agradezco porque aún tengo cosas que entregar de la asignatura.

No cambias.

Antes de salir de la universidad estaba esperando a Ellie para irnos juntas como siempre, pero a lo lejos vi a Stella y ella se acercó a saludarme.

Es una chica que iba a mi clase pero se cambió de carrera nada más empezar el año. Bueno todos los años se cambia a algo nuevo, supongo que aún no ha encontrado lo que realmente quiere hacer.

—Hola Caitlin, ¿qué tal estás?—dijo mientras me daba un abrazo.

—Ah Stella, ¿qué tal tú? Hace mucho que no sé de ti.

—Pues ya sabes, de aquí para allá—dijo.

Estuvimos hablando de todo un poco y antes de terminar y despedirnos, cogió su móvil y buscó algo.

Mira, hace una semana aproximadamente mi madre vio esta noticia, bueno más bien se la escuchó a las vecinas.

Me acercó el teléfono y estaba abierta la página del periodico de la ciudad. "Homicidio en la calle Lirios: Muere una joven de veintidós años debido a un tiroteo."

Mi cara en ese momento debía parecer un cuadro. Recordé el día en el que Aron vino a devolverme el móvil, debió ser el mismo caso. Esta calle no está muy lejos de la mía pero lo más raro es que es la primera vez que escucho esa noticia. No se ha hablado casi de lo que ha pasado.

—Parece que te acabas de enterar—comentó sacándome de mis pensamientos—. La noticia ha salió ayer

A lo mejor no es el mismo caso, no te emparanoies.

—Es muy fuerte esto, deberías tener cuidado se que vives cerca.

—Lo mismo para ti Caitlin. Es hora de irme, nos vemos—se despidió y se subió a su coche.

En el camino a casa Ellie no paraba de preguntarme si estaba bien, pero tampoco sabúia que decirle. Estos últimos días he estado quedando con Ellie y Tom, más bien ellos intentaron hacerme sentir mejor después del último suceso y yo solo insistía en que estaba bien.

Bueno eso queria aparentar, no queria que se preocuparan por mi.

—¿Qué vas ha hacer esta tarde?—preguntó Ellie—. Estaré en la pastelería por si te apetece ir a hacerme compañía.

—Deja de chantajear emocionalmente—dije mientras me sacudía con la mano que bajara.

—No vemos luego querida Cait.

—No voy...—me cortó acelerando. Será posible.

La casa estaba en silencio como de costumbre. Eran las una y media y aún no había salido mi tía de tu turno de mañana.

Me fui a la cocina a preparar algo aunque sabía que había lentejas en el frigorífico. Pero haré como si no supiera de su existencia. Al entrar vi que la puerta de la terraza estaba abierta y rara vez lo estaba, siempre que salíamos de casa nos aseguraremos que esté cerrada. Fui a cerrarla y me asomé por si había manera de que se abriera desde fuera. Esto parece una escena de una peli de terror, pero efectivamente no había manera de abrirla desde fuera.

Al bajar la vista me encontré con una caja. Estaba atada como si fuera un regalo, la cogí y la llevé dentro. Supongo que será algún paquete de Carol y justo entonces escuché la puerta abrirse.

—¡Joder Caitlin!—chilló mi tía al verme—. Que susto hija, casi acabas conmigo.

—¿Se puede saber cómo es que te has asustado? Estaba lejos.

Caitlin JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora