Capítulo 5

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Hace ya una semana desde que recibí aquel mensaje y hablé con López. Después de estar cinco minutos explicándole porque era una mala idea involucrarme en el caso no tuvo más remedio que ceder. Ya que estudio criminología pudimos convencer a los profesores de hacer algunas de las prácticas en la comisaría y así podria involucrarme mejor en la investigación.

Sería como matar dos pájaros de un tiro.

La alarma sonaba por todas partes. Un ruido espantoso. ¿Y qué hacía yo? seguir durmiendo claramente. No había nada que me despertara. Literalmente podría producirse un terremoto y ni me daría cuenta. Mi tía trabaja como enfermera, por lo que deduzco que ya habrá salido porque si no ya estaría aquí con una jarra llena de agua.

Tras haberme duchado y vestirme bajé a la cocina a hacerme el desayuno y justo en ese momento sonó el timbre. Seguramente sería Ellie y cabe recalcar que es muy madrugadora y recalco el muy.

—¿Se puede saber que haces que no me abrias la puerta?—dijo mientras se sentaba al lado mío en la mesa.

—No se si eres consciente de que son las siete de la mañana—la mire con frustración—. Veo que no, asi que ¿podrias bajar un poco la voz? aún sigo ubicandome. 

—¿Quieres algo de comer?—dije mientras me levantaba hacia la nevera. 

—No gracias con un café estaría bien—contestó—.  ¿Te vas a comer eso?—señalando la pizza en mis manos. Era lo único que encontré.

—Si, si quieres hay más trozos—me acerqué a la mesa mientras le paso su taza.

—Por cierto, ¿cómo llevas el caso con la policía?¿no te han vuelto a llamar?

—Aún no se se nada o es lo que me dice el comisario. Ya me dejó muy claro que no quería que me involucrara—dije mientras hacía una cara divertida—. Pero ya sabes, tengo buenos métodos de persuasión. 

-No seas pervertida—me dió un codazo mientras me miraba mal. 

-Tú que eres una mal pensada.-mientras terminaba la frase sonó el timbre. No esperaba a nadie y menos a esta hora, a parte de que mi tía tenía llaves y era muy poco probable que fuera ella.

—¿A quién esperas?—preguntó Ellie mientras me acercaba a la puerta y yo me encogí de hombros.

-Buenos días Caitlin—vaya sorpresa.

Era el detective Geller. Sinceramente me esperaba lo peor, vivo en alerta ahora. Pero supongo que venir hasta aqui pa darme los buenos días no tenía mucho sentido.

—¿Detective?

—Perdón por las horas, pero necesito que me des tu movil—dijo con una sonrisa.

—¿Mi móvil?

—Sí, tengo entendido que hace una semana hablaste con López por un mensaje. Tengo que llevarlo para que lo analicen pero no te preocupes esta tarde lo tendrás de vuelta.

—Si claro. Pasa por favor—dije poniéndome de un lado para que pudiera pasar—. Podría haber pasado después no te habrías molestado.

—No te preocupes. Me pillaba de paso—comento mientras entraba—. Bonita casa.

-Gracias—dije con una sonrisa.

Llegue hasta la cocina y Ellie se giró y después de darse cuenta de que había alguien más me echó una mirada picarona y yo solo puse los ojos en blanco.

—Esta es Ellie—se lo presenté—. Ellie el detective Geller.

—Es un placer—Dijo Geller dándole la mano.

—El placer es mío señor detective—Ay dios mio ya empieza.

—Subo un momento, no te asustes de ella. Habla mucho pero es inofensiva.

Mientras bajaba le mande un mensaje a mi tía para que no se preocupara si no cogía las llamadas. Volver a ver a Geller me recordó la situación de la que intentaba evadirme esta semana. No sé cómo se va a solucionar esto ni tampoco cómo empezar. Pero no iba a descansar hasta que encontrara a los culpables. 

Antes de llegar escuche unas risas. Supongo que era buena señal y Ellie no lo había espantado. No es por nada pero Ellie puede llegar a ser intimidante.

—Ah Caitlin no sabia que tenias una amiga tan divertida—dijo y yo solo mire a mi amiga en busca de respuesta.

—El móvil—dije acercándome—. Por cierto ¿Sabes algo sobre esto?

—Bueno, después de analizar el móvil podremos empezar y a sacar conclusiones. Por ahora hay que esperar los resultados—mientras se levantaba volvió a dirigirse a mi—. Bueno, gracias chicas ha sido un placer. Supongo que nos veremos más a menudo ¿no?

—Supongo que si—termine mientras cerraba la puerta detrás de él.

—No creo que me hayas ocultado a semejante bombón—dijo indignada.

—¿Qué dices?—dije yendo a por mi trozo de pizza, pero ya se me había quitado el apetito—. Por favor no empieces con tus ocurrencias Ellie, que te conozco.

Y ella solo levantó los brazos en señar de rendición, recogimos nuestras cosas y fuimos a la universidad. 

Desde que tengo memoria siempre me ha interesado todo el tema de la criminología. Ellie estudia arquitectura así que íbamos a diferentes facultades. Pero no puedo negar que elegí la carrera porque no había otra cosa que me llamara la atención.

Bueno, pintar siempre me gustó.

Estaba enfrente de las taquillas tratando de abrir la taquilla, quien dice tratar, dice dar golpes. Y siempre tengo el mismo problema, la maldita taquilla se atasca y parece que lo hace a posta.

Nada mejor que empezar el día así.

—Deja de pelearte con la taquilla—esa voz... La única persona que no esperaba ver en estas condiciones era a él. 

¿Por qué a mi?

—¡Tom!—dije tratando de parecer lo más normal que podía.

—Deja que te ayude anda, que ya veo la puerta fuera de su sitio.

Ah Tom, como decirlo. En otras palabras, estaba pillada. Si, aunque creo que podría ser el amor de mi vida si se me permite exagerar. Nos desde que entramos a la universidad, siempre hemos ido a la misma clase. 

 —Gracias Tom. Me saca de quicio la taquilla—dije sacando los libros.

—No crees que deberías dejarla ir. Ya llevas con ella desde que empezamos la carrera—dijo con un tono burlón—. Deja de hacerle sufrir.

—Primero que nada, ella me hace sufrir. Segundo, jamás la dejaré—dije dramáticamente con una mano en el corazón—Sería muy triste. ¿Y si le toca a alguien peor? No podría vivir con la culpa.

—Si, si ya me ha quedado claro. El amor de tu vida diría yo—si tu supieras...

—¿Cómo ha ido el fin de semana? aunque supongo que tu y tu loca amiga Ellie habréis estado ocupadas en una de vuestras aventuras, ¿me equivoco?

—Mmm... siento decepcionarte pero esta vez no. Ha sido más tranquilo. Supongo que la edad—me miró y estalló en una carcajada—. He estado terminando los trabajos finales. Hay que ser responsables Tommy.

—Ahg, no me digas así.

Las clases pasaron muy lentas. No había manera de hacer algo para entretenerte. Los profesores eran geniales excepto uno, Chema. Siento decirlo así pero era una tortua. Llevaba la asignatura más pesada pero por lo visto no hacía nada más que leer las diapositivas. ¿A quíen se le ocurre? Nosotros le llamábamos "El guiones" Puesto que sus queridas diapositivas estaban estructuradas así.

Desde luego iba a ser un día largo.

Caitlin JohnsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora