Tras una quieta noche, Horacio despertaba no tan temprano. Al estirar sus extremidades y entreabrir sus ojos, notó que se encontraba solo, y no había ruido alguno en la casa. Extrañado, leyó la nota que había sido dejada por Volkov para él. "He salido con prisa, debo hacer algo urgente. No te muevas de allí". Su ceño se frunció, sin comprender del todo qué ocurría. Con calma preparó su desayuno, se movía animado por la cocina, dejando caer sin querer un par de cajas vacías junto a una carta arrugada que se escondía dentro.
Pensó simplemente dejar todo como estaba, pero su curiosidad pudo con él. Mirando alrededor como si alguien pudiese verle, alisó las arrugas del sobre ya abierto, sacando del interior la hoja que le interesaba. Apenas sus ojos comenzaron a escanear el contenido de aquella misiva, sintió un sudor frío recorrer su cuerpo.
Reconoció el logo del laboratorio del cual había escapado, y el nombre del peligris como destinatario. —No puede ser— murmuró palideciendo, a medida que terminaba de leer, su respiración se cortaba, y lágrimas se acumulaban en sus ojos.
—Todo esto era una trampa, siempre lo fue— gritó sollozando, haciendo doler sus cuerdas vocales. —¿Por qué volví a confiar? — hipeaba llorando mientras caía de rodillas al suelo. La presión en su pecho comenzaba a doler, como si de espinas se tratasen, clavándose sin piedad alguna en cada órgano. El dolor de una nueva decepción le hacía más y más daño, comenzando a enterrar sus propias uñas en sus brazos y piernas sin darse cuenta. Su piel enrojecida ardía, pero seguía siendo más soportable que el martirio de su tristeza, de sentirse estúpido, de saberse en soledad una vez más, como siempre había estado en realidad.
Sin pensarlo tomó la poca ropa que había llevado y escapó, comprendiendo que su vida corría peligro. Apenas podía ver el camino pues sus ojos llorosos nublaban su visión por completo, y su respiración aún cortada reducía su resistencia. Pero el dolor que le destruía por dentro, que apretaba su corazón; sabía que no era cansancio, era la congoja, la rabia y la impotencia. Apresuró el paso, ya nada importaba, debía ocultarse de quienes le buscaban.
Pese a lo lejano que se encontraba el bosque, llegó, aunque deshidratado y sin energía, sus heridas no sanadas punzaban horriblemente. Apenas logró ingresar en aquel verdoso territorio Horacio cayó de rodillas, aún sollozando. Estaba igualmente aterrado y afligido. No era ningún secreto, en aquella carta había leído claramente que exigían al ruso presentarse a su trabajo en el laboratorio para concretar la investigación, ordenando dejar al lobo capturado en su hogar, pues sabían que estaba bajo su cuidado y le irían a buscar.
Ya lo sabía, Viktor había ido hasta el laboratorio para venderle una vez más, tal como hizo la primera vez. Probablemente ahora irían a por él con mejores implementos. Podía sentir desde su imaginación el dolor desgarrador del dardo tranquilizador atravesando su piel.
Llegando apenas a su hogar limpió sus heridas y trató de estabilizarse. El nudo en su garganta seguía ahogándole y rasgándole por dentro. Convertido en humano oyó a lo lejos su nombre siendo llamado, reconociendo al dueño de esa voz. Sintió sus piernas debilitarse, apresurándose a ocultarse entre la vegetación. Desde allí observó a un desesperado Volkov, quien le buscaba —¡Horacio! — gritando golpeó la puerta de su casa, no se rendía, sus grisáceos ojos divagaban tratando de verle, desesperado.
El moreno recorrió con la mirada el resto del terreno, notando extrañado que detrás del ruso no venía nadie más. Estaba solo, pero aquello podía ser una trampa. Viktor caminaba desorientado, gritando su nombre por el bosque mientras el de cresta le seguía con sigilo, oculto en todo momento. Frustrado, el peligris se dejó caer apoyado en el tronco de un árbol, rendido.
—Horacio... sé que leíste esa carta— parecía hablarle a la nada, su voz sonaba rota. —Si me presenté hoy en el laboratorio fue para renunciar— la oscuridad en su tono caló en el pecho del lobo. —No voy a ser parte de esa mierda, no voy a venderte así—
ESTÁS LEYENDO
🐺🏹• Cuídame • Volkacio AU [Terminada]
Fanfiction~Peligros acechan en aquel solitario bosque, cuyos profundos secretos podrán ser revelados tras un inesperado encuentro~ 🏹🐺 Horacio - Híbrido de lobo/arquero 🥼📸 Volkov - Científico/Fotógrafo [Originalmente posteada en mi cuenta de Twitter, aquí...