Tercer trimestre; Parte 6.

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Lan Wangji llevaba unos meses ayudando en los cuartos de los niños del Receso de las Nubes, Wei Ying ya desde antes se pasaba por las guarderías y jugaba con los niños más pequeños de Gusu Lan.

Después de enterarse de su embarazo ambos habían pasado horas a la semana entreteniendo a los pequeños.

Pero conforme se hacía más real para Lan Zhan que pronto tendría que atender a sus hijos de una manera en la que no tenía ninguna experiencia, empezó a involucrarse en las actividades menos divertidas y más complicadas.

Algunas cultivadoras con hijos pequeños, ofrecieron todo su conocimiento a Lan Wangji y hasta lo dejaron cargar a sus niños.

Niños más pequeños de lo que había sido A-Yuan cuando llegó a su vida, pero le advirtieron más grandes de lo serían sus bebés.

HuaGuang Jun estaba tratando de lavar pañales, sin mojar su abdomen abultado y sin romper la tela, cuando las cultivadoras empezaron a hablar de la muerte de cuna.

—¿Se mueren?— Lan Zhan interrumpió la conversación de las mujeres, quienes al parecer un momento olvidaron que HuaGuang Jun estaba entre ellas.

—Sí, es un temor que tenemos todas las madres— Dijo una cultivadora— A veces me quedo cuidando el sueño de mi A-Ming, por lo mismo— Agregó mirando al niño de algunos meses que estaba en sus brazos.

—Una tía perdió un bebé así, fue muy triste— Mencionó la madre más joven del grupo.

—¿Por qué pasa?— Preguntó el embarazado abrazando su pancita.

—No sé sabe HuaGuang Jun— Respondió la cultivadora que lavaba enérgicamente pañales. —Se cuenta que el bebé se duerme y ya no despierta.

Todos los instintos de peligro se activaron en el Gemelo de Jade, un enemigo invisible y desconocido que iba a por sus bebés cuando estaban más vulnerables.

¿Podría Wei Ying inventar talismanes contra la llamada muerte de cuna?

Unas palmaditas en su hombro sacaron de sus pensamientos a Lan Wangji.

—No sé preocupe HuaGuang Jun— La cultivadora líder del grupo, y la mujer con más experiencia por sus 4 hijos— Tus niños van a ser fuertes como caballos, nacidos de cultivadores ejemplares.

El tema de conversación cambió y solo el embarazado siguió dando vueltas al asunto.

Por la noche, Lan Wangji le contó a su marido con angustia sobre la muerte de cuna y ambos durmieron tarde buscando información e ideando el primer talismán contra está.

Tres días después Lan Zhan hizo jurar a Wei Ying que ambos, siempre, siempre, recordarían hacer eructar a sus bebés después de comer, porque las cultivadoras ese día en las guarderías habían hablado de lo peligroso que era para el infante regurgitar.  

Un duplo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora