Tercer trimestre; Parte 17.

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A diferencias de otros días Wei Wuxian tuvo que levantarse con el sol. Una completa tragedia especialmente ahora que lo único que quería era pasar todo su día en la cama abrazando a su marido.

Pero ya habían reunido a todos sus familiares en Gusu Lan y conociendo a su adorado hermano lo arrastraría de su cola de caballo hasta la Ciudad de Caiyi.

Tal vez por el embarazo no sería totalmente arrastrado, pero Wei Ying no tenía ganas de que nadie que no fuera HuaGaung Jun le jalara el cabello.

Con pesar arrastró sus pies por el frió piso del Jinshi, hasta el desayuno que ya estaba servido. Congee simple.

Una completa lástima que Lan Zhan llevaba meses sin cocinarle, aunque el pensamiento le hizo soltar un risita, su pobre marido no podía entrar en las cocinas sin sentirse mareado por los olores.

Mientras picoteaba con desgana la comida, vio entrar a su marido al Jinshi.

—¿Ya quedo por hoy, cariño?— Wei Ying dijo sirviendo una tacita de té, que ofreció a Lan Zhan.

—Mnn— Lan Wangji tomó con gustó el líquido y se enjuago el sabor amargo de su boca. Procedió a sentarse junto a su esposo y por fin empezar a comer.

Sacado tan temprano de sus horas de sueño, Wei Wuxian no ofreció platica hasta que después de acabar de comer y asearse, empezaron a vestirse para el día.

El patriarca de Yilling no pudo evitar admirar los dos hanfus iguales que estaban ahora extendidos sobre su cama.

Blancos y con un elegante bordado azul celeste representando a Gusu Lan subiendo por las mangas hasta terminar al pecho.

—¿Tengo que usar mi cinta hoy?

—Solo si Wei Ying quiere— Lan Wangji frotó entre en sus dedos la tela de las túnicas hechas especialmente para ese día.

Sin ceremonias se desnudaron para vestirse con las nuevas capas de ropa. Era ropa tradicional y cada encaje o listón estaba confeccionado para resaltar bellamente la panza de embarazo.

Wei Ying necesito la asistencia de su marido al no estar acostumbrado a usar túnicas tan complicadas, a su vez, ayudo a alizar cualquier rastro de arrugas de la túnica contraria.

—Te ves muy guapo— Sonrió Wei Wuxian a su marido.

Lan Wangji termino de atar cada listón y beso la frente del hombre.

—Wei Ying es el más guapo.

Con las mejillas encendidas el Patriarca de Yilling sentó a su esposo en la cama, desató el peinado simple y después de retirar la cinta de frente, cepillo el cabello de su marido. Fue difícil lograr el típico peinado alto de su marido sin golpear a este en la cara con su panza.

En lugar de la corona alta de siempre, Wei Ying colocó un simple anillo de plata, encajo con mucho cuidado las dos elaboradas horquillas. Hermosas y finas, terminando en una bella flor de loto hecha de jade blanco, con una caída de pequeñitas piedras preciosas de azules a moradas, que tintineaban con el movimiento.

Finalmente ató con especial cuidado la cinta que marcaba a su esposo como miembro del clan principal de Gusu Lan.

—Lan Zhan, eres tan bonito— El cultivado demoniaco pasó sus dedos sobre la blanca cinta y luego su caricia se extendió hasta acunar la cara del hombre.

HuaGuang Jun desvió la mirada disfrutando la caricia, su sonrojo no solo confinado a sus oídos.

Wei Wuxian se separó, para ir a su mesita de noche. En el fondo de ese cajón, en una bolsita con varios hechizos de protección se encontraba la cinta que Zewu Jun le entregó el día que su nombre se escribió en el libro familiar Lan.

Un duplo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora